CÓMO LAS REDES SOCIALES SE HAN CONVERTIDO SECRETAMENTE EN UN PELIGROSO CASINO (El Experimento)

Las redes sociales, como Instagram y Tik Tok, han sido diseñadas meticulosamente para captar y retener la atención de los usuarios, utilizando técnicas que pueden ser comparables a las estrategias de un casino. Una de estas estrategias es la manipulación de la liberación de dopamina, el neurotransmisor asociado con la recompensa y el placer. La psicología detrás de esto es bien conocida desde experimentos realizados en Stanford, donde el Dr. Robert Sapolsky descubrió que la dopamina no solo se libera cuando recibimos una recompensa, sino también, y en mayor medida, cuando anticipamos una. Este principio de recompensa variable intermitente se aprovecha para generar adicción a las plataformas sociales, similar a cómo un ludópata se siente atraído por las máquinas tragamonedas.

En estas aplicaciones, las notificaciones son clave. Su color rojo no es casual; está elegido porque el rojo es un color que demanda acción inmediata, reflejando un peligro o urgencia. Este diseño se complementa con la estrategia de "recapturaciones", donde tras un período sin uso, se inundan los dispositivos con notificaciones para reintroducir el hábito de uso, similar a cómo un casino usa luces y sonidos para atraer a los jugadores de vuelta a las máquinas.

El modelo de negocio de las redes sociales se basa en la economía de la atención: cuanto más tiempo pasa el usuario en la plataforma, más oportunidades para publicidad dirigida y, por ende, más ingresos. La adicción no es solo sobre la dopamina; se trata de un sistema más complejo que incluye sonidos y vibraciones específicas (o la falta de ellos), diseñados para mantener al usuario en un estado de constante anticipación y búsqueda de algo nuevo y emocionante, como el próximo Tik Tok viral o la actualización en Instagram.

El paralelismo con los casinos es evidente; las máquinas tragamonedas son el equivalente físico de este sistema de recompensa variable, donde la emoción no está en ganar, sino en la posibilidad de ganar, lo que lleva a un comportamiento compulsivo. Así como en los casinos los pasillos están curvados para evitar puntos de decisión, las redes sociales eliminan la fricción para salir, haciendo que la acción más fácil sea seguir desplazando y consumiendo contenido, creando un ciclo de adicción difícil de romper.

Este sistema de diseño tiene críticos entre sus propios creadores. Personas como Aza Raskin, que inventó el desplazamiento infinito, ahora se arrepienten de su creación, viendo cómo ha contribuido a un problema de adicción digital. La conclusión es una recomendación para los usuarios: tomar control de sus hábitos digitales, desactivando notificaciones no esenciales y añadiendo fricción para reducir el uso no deseado de estas plataformas, evitando así caer en un bucle de validación social y adicción controlado por algoritmos que explotan nuestras vulnerabilidades psicológicas.

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