Los títulos universitarios son inútiles

Las universidades solo hacen un control de lectura de ciertos autores. Quien demuestre que los leyó y los entendió, se recibe de lo que sea.

En el fondo es una práctica sacerdotal, dogmática, desvinculada del criterio personal. El 90% del esfuerzo se apoya en la memoria. Los universitarios parecen “libre-pensadores”, pero, salvo excepciones, no hacen otra cosa que repetir como loros lo que algunos autores escribieron en libros.