filmov
tv
Alma, hijo, es llamado al arrepentimiento por un ángel | Mosíah 27
Показать описание
Alma, padre, ora para que su hijo llegue a conocer la verdad. Un ángel de Dios se aparece a Alma, hijo, y a los hijos de Mosíah. El ángel les dice que dejen de tratar de destruir la Iglesia de Dios. Si no dejan de hacerlo, serán echados de la presencia de Dios. Alma, hijo, se llena de miedo y no puede moverse ni hablar.
Los hijos de Mosíah llevan a Alma, hijo, a su padre. Este sabe que Dios ha contestado sus oraciones y que su hijo está experimentando el poder de Dios. Pide a los sacerdotes que ayunen y oren para que su hijo sea sanado.
Alma, hijo, está agobiado por sus muchos pecados. Su alma sufre en tal grado que no sabe cómo encontrar alivio. Sin embargo, recuerda lo que su padre le enseñó acerca de Jesucristo, el Redentor. Alma, hijo, pide al Salvador que lo perdone. Alma, hijo, nace de nuevo, o nace de Dios.
Basado en Mosíah 27:8–9, 11, 13–16, 19–22, 25–26; Alma 36:13, 17, 22; Alma 38:7
Mosíah 27
8 Ahora bien, los hijos de Mosíah se hallaban entre los incrédulos; y también se contaba entre ellos uno de los hijos de Alma, llamado Alma, igual que su padre; no obstante, se convirtió en un hombre muy malvado e idólatra. Y era un hombre de muchas palabras, y lisonjeó mucho al pueblo; por lo que indujo a muchos de los del pueblo a que imitaran sus iniquidades.
9 Y llegó a ser un gran estorbo para la prosperidad de la iglesia de Dios, granjeándose el corazón del pueblo, causando mucha disensión entre la gente, dando oportunidad para que el enemigo de Dios ejerciera su poder sobre ellos.
11 pues como ya os dije, mientras iban aquí y allá rebelándose contra Dios, he aquí, se les apareció el ángel del Señor; y descendió como en una nube; y les habló como con voz de trueno que hizo temblar el suelo sobre el cual estaban;
13 Sin embargo, clamó otra vez, diciendo: Alma, levántate y acércate, pues, ¿por qué persigues tú la iglesia de Dios? Porque el Señor ha dicho: Esta es mi iglesia, y yo la estableceré; y nada la hará caer sino la transgresión de mi pueblo.
14 Y dijo además el ángel: He aquí, el Señor ha oído las oraciones de su pueblo, y también las oraciones de su siervo Alma, que es tu padre; porque él ha orado con mucha fe en cuanto a ti, para que seas traído al conocimiento de la verdad; por tanto, con este fin he venido para convencerte del poder y la autoridad de Dios, para que las oraciones de sus siervos sean contestadas según su fe.
15 Y he aquí, ¿puedes ahora disputar el poder de Dios? Pues, he aquí, ¿no hace mi voz temblar la tierra?, ¿y no me ves ante ti? Y soy enviado de Dios.
16 Ahora te digo: Ve, y recuerda la cautividad de tus padres en la tierra de Helam y en la tierra de Nefi; y recuerda cuán grandes cosas él ha hecho por ellos; pues estaban en servidumbre, y él los ha libertado. Y ahora te digo, Alma, sigue tu camino, y no trates más de destruir la iglesia, para que las oraciones de ellos sean contestadas, aun cuando tú, por ti mismo, quieras ser desechado.
19 Ahora bien, fue tan grande el asombro de Alma que quedó mudo, de modo que no pudo abrir la boca; sí, y quedó tan débil que no pudo mover las manos; por tanto, lo alzaron los que estaban con él, y lo llevaron inerte, sí, hasta dejarlo tendido ante su padre.
20 Y repitieron a su padre todo lo que les había sucedido; y su padre se regocijó, porque sabía que era el poder de Dios.
21 E hizo que se reuniera una multitud para que presenciaran lo que el Señor había hecho por su hijo, y también por los que estaban con él.
22 E hizo que se reunieran los sacerdotes; y empezaron a ayunar y a rogar al Señor su Dios que abriera la boca de Alma para que pudiera hablar, y también para que sus miembros recibieran su fuerza, a fin de que los ojos del pueblo fueran abiertos para ver y conocer la bondad y gloria de Dios.
25 Y el Señor me dijo: No te maravilles de que todo el género humano, sí, hombres y mujeres, toda nación, tribu, lengua y pueblo, deban nacer otra vez; sí, nacer de Dios, ser cambiados de su estado carnal y caído, a un estado de rectitud, siendo redimidos por Dios, convirtiéndose en sus hijos e hijas;
26 y así llegan a ser nuevas criaturas; y a menos que hagan esto, de ningún modo pueden heredar el reino de Dios.
Alma 36
13 Sí, me acordaba de todos mis pecados e iniquidades, por causa de los cuales yo era atormentado con las penas del infierno; sí, veía que me había rebelado contra mi Dios y que no había guardado sus santos mandamientos.
Videos del Libro de Mormón
El Libro de Mormón: Otro Testamento de Jesucristo
Los hijos de Mosíah llevan a Alma, hijo, a su padre. Este sabe que Dios ha contestado sus oraciones y que su hijo está experimentando el poder de Dios. Pide a los sacerdotes que ayunen y oren para que su hijo sea sanado.
Alma, hijo, está agobiado por sus muchos pecados. Su alma sufre en tal grado que no sabe cómo encontrar alivio. Sin embargo, recuerda lo que su padre le enseñó acerca de Jesucristo, el Redentor. Alma, hijo, pide al Salvador que lo perdone. Alma, hijo, nace de nuevo, o nace de Dios.
Basado en Mosíah 27:8–9, 11, 13–16, 19–22, 25–26; Alma 36:13, 17, 22; Alma 38:7
Mosíah 27
8 Ahora bien, los hijos de Mosíah se hallaban entre los incrédulos; y también se contaba entre ellos uno de los hijos de Alma, llamado Alma, igual que su padre; no obstante, se convirtió en un hombre muy malvado e idólatra. Y era un hombre de muchas palabras, y lisonjeó mucho al pueblo; por lo que indujo a muchos de los del pueblo a que imitaran sus iniquidades.
9 Y llegó a ser un gran estorbo para la prosperidad de la iglesia de Dios, granjeándose el corazón del pueblo, causando mucha disensión entre la gente, dando oportunidad para que el enemigo de Dios ejerciera su poder sobre ellos.
11 pues como ya os dije, mientras iban aquí y allá rebelándose contra Dios, he aquí, se les apareció el ángel del Señor; y descendió como en una nube; y les habló como con voz de trueno que hizo temblar el suelo sobre el cual estaban;
13 Sin embargo, clamó otra vez, diciendo: Alma, levántate y acércate, pues, ¿por qué persigues tú la iglesia de Dios? Porque el Señor ha dicho: Esta es mi iglesia, y yo la estableceré; y nada la hará caer sino la transgresión de mi pueblo.
14 Y dijo además el ángel: He aquí, el Señor ha oído las oraciones de su pueblo, y también las oraciones de su siervo Alma, que es tu padre; porque él ha orado con mucha fe en cuanto a ti, para que seas traído al conocimiento de la verdad; por tanto, con este fin he venido para convencerte del poder y la autoridad de Dios, para que las oraciones de sus siervos sean contestadas según su fe.
15 Y he aquí, ¿puedes ahora disputar el poder de Dios? Pues, he aquí, ¿no hace mi voz temblar la tierra?, ¿y no me ves ante ti? Y soy enviado de Dios.
16 Ahora te digo: Ve, y recuerda la cautividad de tus padres en la tierra de Helam y en la tierra de Nefi; y recuerda cuán grandes cosas él ha hecho por ellos; pues estaban en servidumbre, y él los ha libertado. Y ahora te digo, Alma, sigue tu camino, y no trates más de destruir la iglesia, para que las oraciones de ellos sean contestadas, aun cuando tú, por ti mismo, quieras ser desechado.
19 Ahora bien, fue tan grande el asombro de Alma que quedó mudo, de modo que no pudo abrir la boca; sí, y quedó tan débil que no pudo mover las manos; por tanto, lo alzaron los que estaban con él, y lo llevaron inerte, sí, hasta dejarlo tendido ante su padre.
20 Y repitieron a su padre todo lo que les había sucedido; y su padre se regocijó, porque sabía que era el poder de Dios.
21 E hizo que se reuniera una multitud para que presenciaran lo que el Señor había hecho por su hijo, y también por los que estaban con él.
22 E hizo que se reunieran los sacerdotes; y empezaron a ayunar y a rogar al Señor su Dios que abriera la boca de Alma para que pudiera hablar, y también para que sus miembros recibieran su fuerza, a fin de que los ojos del pueblo fueran abiertos para ver y conocer la bondad y gloria de Dios.
25 Y el Señor me dijo: No te maravilles de que todo el género humano, sí, hombres y mujeres, toda nación, tribu, lengua y pueblo, deban nacer otra vez; sí, nacer de Dios, ser cambiados de su estado carnal y caído, a un estado de rectitud, siendo redimidos por Dios, convirtiéndose en sus hijos e hijas;
26 y así llegan a ser nuevas criaturas; y a menos que hagan esto, de ningún modo pueden heredar el reino de Dios.
Alma 36
13 Sí, me acordaba de todos mis pecados e iniquidades, por causa de los cuales yo era atormentado con las penas del infierno; sí, veía que me había rebelado contra mi Dios y que no había guardado sus santos mandamientos.
Videos del Libro de Mormón
El Libro de Mormón: Otro Testamento de Jesucristo
Комментарии