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¿Actúas por hábitos o por decisiones? - Enric Más Cerca [21]
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(PARTE 1)
¿Qué hábitos te ayudan a gestionar la situación actual? ¿Qué puedes hacer para desarrollar tu equilibrio interno? ¿Quieres aprender algunas pautas para entrenar tus emociones?
Estos días, sea por tener menos actividad de la que estamos acostumbrados o por todo lo contrario, para mucha gente se presenta un reto de gestión emocional sin precedentes. Existen muchos hábitos que pueden ayudarte a utilizar estos tiempos de cambio para tu beneficio. A continuación te presentamos algunos que puedes ir aplicando de forma práctica desde hoy mismo:
Respeta y comunica tus estados emocionales
Es normal que en estos días surjan situaciones donde podamos sentir rabia, tristeza o miedo. El hecho de reconocerlo, respetarlo y expresarlo se hace fundamental. Recuerda que ignorarlo o taparlo no hace que desaparezca, tan solo hace imposible su resolución. Para ello es importante el equilibrio de exigir que los demás lo respeten pero sin hacerlos culpables. Es decir, nuestros estados emocionales son nuestra responsabilidad, no la de los demás. Pero que sean respetados es parte de nuestro proceso de respeto a nosotros mismos. Sería como decir “no te pido que me entiendas, tan solo que me respetes. No se trata de que tenga o no razón, sino de sentirme acompañado/a en mi proceso”.
Cierra tareas pendientes
Como explica la psicóloga Bluma Zeigárnik, uno de los motivos de estrés y neurosis mayores que podemos experimentar es la presencia de multitud de tareas inacabadas. Imaginemos que nuestro cerebro es como un ordenador, cuanto más programas tengamos abiertos, más lento funciona el procesador. Ir cerrando “carpetas” nos liberará de una gran carga de presión psíquica y nos permitirá centrarnos en gestionar nuestro presente. Todos tenemos tareas aparentemente sencillas que pueden estar colapsando nuestro sistema. Apuntarlas e ir tachando alguna cada día es un recurso práctico y sencillo para equilibrarnos.
Enlentece tu ritmo de vida
La velocidad nos lleva a “hacer” muchas cosas pero “vivir” muy pocas. Podrás ver de qué forma escenarios diarios como comer, ducharnos, cocinar o limpiar cambian totalmente de forma cuando le dedicamos más tiempo del habitual. Como dice Antony de Melo: “hay dos formas de lavar platos: una es lavarlos para limpiarlos, la otra es lavarlos para lavarlos”, cuando hacemos de un proceso un fin en sí mismo es una forma de estar presentes y conscientes en el presente. Tal y como actuamos hacia afuera es como nos estructuramos por dentro. Si quieres parar la velocidad de tu mente puedes comenzar a modificar la velocidad de tus acciones.
(PARTE 2)
¿La gestión de tus relaciones interpersonales te acerca o te aleja de los demás? ¿Eres capaz de relativizar lo que te sucede? ¿De qué forma eres consciente de tu entorno?
Después de la primera parte, continuamos con más hábitos que puedes adquirir para desarrollar tu bienestar emocional.
Respeta tu descanso y tu espacio
El tiempo de acción de calidad comienza con un tiempo de “inacción” de calidad. Guardar algunas horas al día desconectados del mundo, centrados únicamente en nosotros es el mejor regalo que podemos hacer a las personas que nos rodean. Cuando nos volcamos hacia el exterior es muy habitual que surjan comportamientos controladores o de sacrificio. Todos necesitamos aprender a escucharnos, y este es un hábito que solo se puede enseñar con el ejemplo. Los tiempos de sueño y ocio son uno de los secretos fundamentales para tener espacios de trabajo eficaces, creativos y productivos.
Entrena tu curiosidad
Imagina que viajas a un lugar desconocido, seguramente cuando pasees por sus calles estás pendiente de cada detalle, miras con curiosidad y atención cada recoveco, mucho más que cuando estás en tu barrio o ciudad. Aprender a analizar y ver con una perspectiva nueva lo cotidiano es una forma genial de desarrollar nuestra conciencia. Puedes imaginar que eres una persona de hace 5 siglos que acaba de llegar a esta realidad ¿qué te sorprendería?.
Continua leyendo en nuestro blog:
¿Conoces nuestras otras redes sociales?
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Estos días, sea por tener menos actividad de la que estamos acostumbrados o por todo lo contrario, para mucha gente se presenta un reto de gestión emocional sin precedentes. Existen muchos hábitos que pueden ayudarte a utilizar estos tiempos de cambio para tu beneficio. A continuación te presentamos algunos que puedes ir aplicando de forma práctica desde hoy mismo:
Respeta y comunica tus estados emocionales
Es normal que en estos días surjan situaciones donde podamos sentir rabia, tristeza o miedo. El hecho de reconocerlo, respetarlo y expresarlo se hace fundamental. Recuerda que ignorarlo o taparlo no hace que desaparezca, tan solo hace imposible su resolución. Para ello es importante el equilibrio de exigir que los demás lo respeten pero sin hacerlos culpables. Es decir, nuestros estados emocionales son nuestra responsabilidad, no la de los demás. Pero que sean respetados es parte de nuestro proceso de respeto a nosotros mismos. Sería como decir “no te pido que me entiendas, tan solo que me respetes. No se trata de que tenga o no razón, sino de sentirme acompañado/a en mi proceso”.
Cierra tareas pendientes
Como explica la psicóloga Bluma Zeigárnik, uno de los motivos de estrés y neurosis mayores que podemos experimentar es la presencia de multitud de tareas inacabadas. Imaginemos que nuestro cerebro es como un ordenador, cuanto más programas tengamos abiertos, más lento funciona el procesador. Ir cerrando “carpetas” nos liberará de una gran carga de presión psíquica y nos permitirá centrarnos en gestionar nuestro presente. Todos tenemos tareas aparentemente sencillas que pueden estar colapsando nuestro sistema. Apuntarlas e ir tachando alguna cada día es un recurso práctico y sencillo para equilibrarnos.
Enlentece tu ritmo de vida
La velocidad nos lleva a “hacer” muchas cosas pero “vivir” muy pocas. Podrás ver de qué forma escenarios diarios como comer, ducharnos, cocinar o limpiar cambian totalmente de forma cuando le dedicamos más tiempo del habitual. Como dice Antony de Melo: “hay dos formas de lavar platos: una es lavarlos para limpiarlos, la otra es lavarlos para lavarlos”, cuando hacemos de un proceso un fin en sí mismo es una forma de estar presentes y conscientes en el presente. Tal y como actuamos hacia afuera es como nos estructuramos por dentro. Si quieres parar la velocidad de tu mente puedes comenzar a modificar la velocidad de tus acciones.
(PARTE 2)
¿La gestión de tus relaciones interpersonales te acerca o te aleja de los demás? ¿Eres capaz de relativizar lo que te sucede? ¿De qué forma eres consciente de tu entorno?
Después de la primera parte, continuamos con más hábitos que puedes adquirir para desarrollar tu bienestar emocional.
Respeta tu descanso y tu espacio
El tiempo de acción de calidad comienza con un tiempo de “inacción” de calidad. Guardar algunas horas al día desconectados del mundo, centrados únicamente en nosotros es el mejor regalo que podemos hacer a las personas que nos rodean. Cuando nos volcamos hacia el exterior es muy habitual que surjan comportamientos controladores o de sacrificio. Todos necesitamos aprender a escucharnos, y este es un hábito que solo se puede enseñar con el ejemplo. Los tiempos de sueño y ocio son uno de los secretos fundamentales para tener espacios de trabajo eficaces, creativos y productivos.
Entrena tu curiosidad
Imagina que viajas a un lugar desconocido, seguramente cuando pasees por sus calles estás pendiente de cada detalle, miras con curiosidad y atención cada recoveco, mucho más que cuando estás en tu barrio o ciudad. Aprender a analizar y ver con una perspectiva nueva lo cotidiano es una forma genial de desarrollar nuestra conciencia. Puedes imaginar que eres una persona de hace 5 siglos que acaba de llegar a esta realidad ¿qué te sorprendería?.
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