Ese Mar Es Mio - Aldemaro Romero

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Dios se nos presenta como la inmensidad del mar en acciones todopoderosas milagrosas y nos salva, para su Gloria. <Éxodo 14: 21-22: Yahvé (Jehová) hizo soplar durante toda la noche un fuerte viento del oriente que secó el mar. Se dividieron las aguas.. pasaron en seco por medio del mar; las aguas les hacían de murallas a izquierda y a derecha.> <Marcos 6: 48-50: vio que remaban con dificultad, porque tenían el viento en contra. A la madrugada, fue Jesús hacia ellos caminando sobre el agua, .. Cuando, .. y gritaron; porque todos lo vieron y se asustaron. Pero en seguida él les habló, diciéndoles: —¡Calma! ¡Soy yo: no tengan miedo!> (Palabra del Señor). Un espectáculo histórico el del mar rojo sereno pero bravío, en el Éxodo, que se abrió acariciante para favorecer al pueblo de Dios. Donde quizás muchos dislocaron el paisaje con lindas aureolas de oleaje vertical revelando imágenes de espejos relampagueantes que en crestas marinas se entonaban con dulces compases repetidos trayendo tal milagro de salvación del ejército egipcio, recibiendo vida, amor y unión con el gran poder de Dios. Cantos y voces repicaron con gritos de alegría por tal milagro en esplendor. Sin temer del salpicar del muro de oleaje vertical, se confabulan juntos con Dios ante tal contundencia de apoyo divino.

Los milagros existen con esa majestuosidad del paso por el mar, que fue abierto para que fluyera la realidad de salvar lo imposible. Vivir un hecho así, es tener a Dios de la mano, El que va muchísimo más allá. Y querrá Dios que allá en el Éxodo y ahora liberara a su amado pueblo, para quedar reseñado que tal magnitud de milagros, son posibles, aún disponiendo el mar entre paredes verticales de abrirse con suelo seco para su travesía. Hecho sin precedentes, como la resurrección de Cristo, quedando en la historia, sin que con pruebas lo desmintiera algún registro. Dios, amigo nuestro, nuestro Señor, ábrenos el camino por difícil que esté, y sácanos de la esclavitud del pecado, de la mentira y la opresión. Confiamos en Tí, en el Cordero y en el Espíritu Santo, hacedor de colosales milagros para facilitarnos cruzar tormentas hasta tu orilla prometida que aunque siendo constructores pequeños comparados con Tu amor infinito igual nos lo entregas a todos tus hijos, nos despiertas y provocas en nuestras almas, hermosas acciones para quedar todo transformado en potenciales anhelos posibles. Cosa cierta cuando el Amor de Dios nos despierta haciendo milagros. Gracias Señor por tanto, gracias, gracias, amén.