El Siglo del SOCIALISMO CRIMINAL, la saga de Jano Garcia.-

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Extracto de una entrevista en el canal SPANISH LIBERTARIAN,
a Jano Garcia (LIBREPENSADOR en FB) autor de la saga de libros:

_EL SOCIALISMO CRIMINAL VOLUMEN 1 y 2.-_

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*SPANISH LIBERTARIAN:*

*LIBREPENSADOR:*

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Комментарии
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"Durante toda mi vida yo fui socialista internacionalista. Cuando estalló la gran guerra vi que todos nuestros partidos que eran internacionalistas se convirtieron en socialistas nacionalistas. Eso me pasó a mí y eso es el Benito Mussolini
“En Italia, compañeros, en Italia sólo hay un socialista capaz de guiar al pueblo hacia la revolución: Benito Mussolini”... Vladimir Ilich Lenin

JoJo-
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Cuando lees libros sobre socialismo, probablemente te conviertas al socialismo, cuando *COMPRENDES* lo que dicen los libros, seguramente te convertirás en anti-socialista.

blackarcher
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Esto se tenía q estudiar en los colegios. Y en unos años se acababan muchos problemas.

elcimas
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Lo mejor de su libro, señor Jano Gracia, no solo es su contenido, es la foto de la portada. Sencillamente genial!

nuniucel
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Jano Garcia, corro éste fin de semana s comprar los libros!

nuniucel
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Saludos desde un vzlo luchando desde Perú

lucho.
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Que golpazo le acaba de dar al próximo presidente de México 5:28 ja ja ja el angelito se aventó 14 años para terminar su carrera.

blackarcher
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no conocía a este muchacho... pienso como él en educación e inmigración, I'm not alone! :D

rafalongo
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Claro que si campeón... en ese orden de ideas, aplicaremos los mismos argumentos que ustedes usan para todo, en los siguientes casos: Corea del Norte es democrática y respeta la libertad porque se llama, "República DEMOCRÁTICA de Corea del Norte". Y también el Congo es democrática porque se llama " República DEMOCRÁTICA del Congo". Ah y se me olvidaba campeón, te han mentido toda tu vida, el repollo no es una verdura, es CARNE!!!, porque su nombre termina en POLLO!!!

andresjimenez
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Perdonen! aún puedo conseguir el libro?? y en dónde?? Gracias.

yohannavelasquez
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Aún así Hitler, si luchó contra los banqueros, y la emisión de dinero por entes Privados, en Rusia eso no sucedió y Lenin fue quien recibió toda la ayuda extranjera...

leonardocuellar
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Que horror!! Creo que no me siento bien 😵😵😵😵

karolfallsmx
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A mi me da risa que existan personas que estén encontra del comunismo y tengan admiración por el NS y hayek xD

josesalven
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La gracia de todo esto es que an perdido la batalla de internet.

sariondarkdaegon
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yo voy a ser sincero. Usted apareció por las recomendaciones de amazon. Pero despues de pagar como 40$ en libros...

palencia
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Es bueno cuando dicen que el nazismo es de izquierda, pero a la vez dicen que ningún gobierno de izquierda ha sacado a flote a un país.Que contradicciones eh...

feckatkd
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Uno de los argumentos "liberprogres o liberchairos" es que dicen que el socialismo se acaba cuando se acaba el dinero de los demás, eso pasa en el socialismo marxista, pero el fenómeno aleman ocurre lo contrario, Alemania ya estaba hundida, y el Nacionalsocialismo la hizo resurgir.
Tanto cuesta entender que son dos socialismos completamente diferentes?

Emprendedorchileno
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No he visto el vídeo pero igual like :v es muy largo

KimiShimikawaii
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Siempre se me hace curioso como los de tu posición política nunca hablan de uno de los tantos libros que hasta el día de hoy en el mundo de la "libertad de la expresión y el pensamiento" es muy complicado conseguir. Me refiero a el libro: "Economía Nacionalsocialista" del economista ANTI-NAZI Maxine Y. Sweezy, conocido también por previamente haber escrito libros como "The Structure of the Nazi Economy", donde criticaba de manera acérrima la labor de Hitler para con Alemanía.


Muchos incrédulos investigadores fueron a cerciorarse con sus propios ojos de lo que estaba ocurriendo en Alemania. El Radcliffe College de Estados Unidos envió a Berlín en 1941 al economista anti-nazi Maxime Y. Sweezy, quien después de su visita en 1944 decidió exponer lo visto. Entre sus conclusiones publicadas en el libro "La Economía Nacionalsocialista", figuran las siguientes:

«El pensamiento occidental, cegado por los conceptos de una economía arcaica, creyó que la inflación, la falta de recursos, o una revolución, condenaban a Hitler al fracaso... Mediante obras públicas y subsidios para trabajos de construcción privada se logró la absorción de los cesantes. Se cuidó de que los trabajadores de determinada edad, especialmente aquellos que sostenían familias numerosas, tuvieran preferencia sobre los de menor edad y menores obligaciones... Se desplazó a los jóvenes desocupados hacia esferas de actividad de carácter más social que comercial, como los Cuerpos de Servicio de Trabajo, de Auxilios Agrícolas y de Trabajo Agrícola Anual.

»En el otoño de 1936 ya no existía duda alguna sobre el éxito del primer plan cuatrienal. La desocupación había dejado de ser un problema e inclusive se necesitaban más obreros. El segundo plan cuatrienal quedó bajo la dirección del general Gœring, cuya principal meta era independizar a Alemania de todos los víveres y materias primas importadas... Con proteínas de pescado se manufacturaron huevos en polvo; los autobuses fueron movidos por medio de gas; se usó vidrio para fabricar tubería y material aislante; se implantó la regeneración del hule y la purificación del aceite usado, y el tratamiento de la superficie de metal contra el moho. Se almacenó aserrín para transformarlo en una harina de madera que también se usó como forraje; el pan se elaboró, en parte, de celulosa; las cubiertas de las salchichas se usaron de celofán; se transformaron las papas en almidones, azúcares y jarabes.

»En Fallersleben se inició la construcción de no sólo la fábrica de automóviles más grande del mundo sino de la fábrica más grande del mundo de cualquier clase. El Volkswagen (auto del pueblo) costaría mil ciento noventa marcos en abonos de cinco semanarios.

»En seis años los nacionalsocialistas terminaron 3.065 kilómetros de carreteras, parcialmente, 1.387 kilómetros más, e iniciaron la construcción de otros 2.499 kilómetros.

»La estabilización de precios que resultó de la intervención oficial nacionalsocialista debe conceptuarse como un éxito notable, único en la historia económica desde la revolución industrial... Esta experiencia permitió que prosiguiera la guerra sin que el problema de los precios preocupara a Alemania.


»Durante cinco años de guerra el costo de la vida en Alemania subió un 12%, y los salarios en un 11%.


«Esquilmado por el resto del mundo durante 15 años, cargado de deudas enormes, sin colonias, el pueblo alemán es alimentado y vestido y no tiene cesantes. Y la pregunta es: ¿Cuál de las sedicentes grandes democracias estaría en condiciones de lograr una cosa tan difícil?».


¿Cómo había sido lograda esa milagrosa transformación si Alemania carecía de oro en sus bancos, si carecía de oro en sus minas y de divisas extranjeras en sus reservas?. ¿De qué misteriosas arcas había salido el dinero para emprender obras gigantescas que dieron trabajo a 6.136.000 cesantes existentes en Enero de 1933?. ¿Había logrado, acaso, la piedra filosofal buscada por los antiguos alquimistas para transformar el plomo en oro?.

La fórmula no era un secreto, pero sonaba inverosímilmente sencilla entre tanta falacia que la pseudo-ciencia económica judía había hecho circular por el mundo. Consistía, básicamente, en el principio de que «la riqueza no es el dinero, sino el trabajo». En consecuencia, si faltaba dinero, se hacía, y si los profetas del reino del oro gritaban que esto era una herejía, bastaba con aumentar la producción y con regular los salarios y los capitales para que no ocurriera ningún cataclismo económico.

El investigador estadounidense Sweezy pudo ver cómo se daba ese paso audaz y escribió: «Los dividendos mayores del 6% debían ser invertidos en empréstitos públicos. Se considera que el aumento de billetes es malo, pero esto no tiene gran importancia cuando se regulan los salarios y los precios, cuando el Gobierno monopoliza el mercado de capitales y cuando la propaganda oficial entusiasma al pueblo».

Sweezy relata también que la economía nacionalsocialista ayudó a los hombres de negocios a eliminar a los logreros de la industria; se ampliaron las subvenciones para las empresas productoras de bienes esenciales; se implantó un espartano racionamiento, y el comercio internacional se rigió a base de trueque. Mediante el Frente Alemán del Trabajo «la ilusión de las masas se desvió de los valores materiales a los valores espirituales de la nación»; se aseguró la cooperación entre el capital y el trabajo; se creó un departamento de «Fuerza por la Alegría»; se agregó otro de «Belleza y Trabajo»; se implantó el mejoramiento eugenésico y estético de los centros de trabajo. Para reducir las diferencias de clase, cada joven alemán laboraba un año en el «Servicio de Trabajo» antes de entrar en el ejército; se trasladaron jóvenes de las ciudades a incrementar las labores agrícolas; se movilizó a los ancianos a talleres especiales; a los procesados se les hizo desempeñar trabajos duros; a los judíos se les aisló del resto de los trabajadores, «con objeto de que el contagio fuera mínimo»; y las ganancias de los negociantes se redujeron a límites razonables.


Lentamente iba quedando al descubierto la ruin falacia de que el dinero debe primar sobre las fuerzas del espíritu. El hecho de que así ocurriera no era prueba concluyente de que así debería seguir ocurriendo. La economía nacionalsocialista de Hitler se aventuró resueltamente por un nuevo camino ante los ojos incrédulos del mundo. Había recibido una Alemania exhausta por la última guerra, y de la miseria resurgía como una potencia internacional.

Con un territorio 19 veces mayor que Alemania y con recursos naturales y económicos infinitamente más grandes, Roosevelt no había dado empleo a sus once millones de cesantes. Pese a sus vastos recursos coloniales, los Imperios británico y francés tampoco se libraban de ese crimen del Trono del Oro. En cambio, en la minúscula Alemania, no obstante la carencia de vastos campos agrícolas, de petróleo, de oro y de plata, la economía «nazi» había dado trabajo y pan a los 6.139.000 desocupados que le heredó el antiguo régimen.

Si los sabihondos de la «ciencia económica» erigida en «tabú» alegaban que cierto terreno no podía abrirse al cultivo ni acomodarse ahí determinado número de cesantes, debido a que no había dinero, esto parecía ser una razón suficiente. La economía nacionalsocialista, en cambio, se desentendía de que en el banco hubiera o no divisas o reservas de oro; emitía dinero papel, creaba una nueva fuente de trabajo, daba acomodo a los cesantes, aumentaba la producción, y ese mismo aumento era la garantía del dinero emitido. En vez de que el oro apuntalara al billete de banco, era el trabajo el que lo sostenía. En otras palabras, la riqueza no era el dinero, sino el trabajo mismo, según la fórmula adoptada por Hitler.

Si en un sitio había hombres aptos para trabajar y obras que realizar, la economía judaica se preguntaba si además existía dinero, y sin este tercer requisito la obra no se iniciaba y los cesantes permanecían como tales. La economía nacionalsocialista, en cambio, no preguntaba por el dinero; el trabajo de los hombres y la producción de su obra realizada eran un valor en sí mismos. El dinero vendría luego sólo como símbolo de ese valor intrínseco y verdadero.

Por eso Hitler proclamó: «No tenemos oro, pero el oro de Alemania es la capacidad de trabajo del pueblo alemán... La riqueza no es el dinero, sino el trabajo». Los embaucadores del Trono del Oro gritaban que ésta era una herejía contra la «ciencia económica», mas Hitler refutaba que el crimen era tener cesantes a millones de hombres sanos y fuertes y no el violar ciertos principios de la pseudo-ciencia económica disfrazada con relumbrantes ropajes de disquisiciones abstrusas.

andresjimenez
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Estos fachos de derecha me hacen recordar a los hijos de la libertad de Supergirl.

carlitos