Facilitación de Grupos: La Transformación del Conflicto

Formarnos como facilitadoras supone comenzar un camino en el que aprender a convivir. Por un lado, adquirir las herramientas y las capacidades para sostener un espacio de partición en el que la diversidad, aquello que nos molesta por ser diferente, pueda ser tanto expresada como escuchada. Sólo así podemos ponerla al servicio de la cohesión grupal y la creatividad colectiva. Por otra parte, supone aprender a jugar los roles que expresan la diferencia, tan difíciles y tan valiosos, con mayor conciencia y responsabilidad en la comunicación.
También facilitamos grupos. Los apoyamos a ser más transparentes en sus relaciones, reconfigurar y hacer visibles sus acuerdos y así ser sostenibles. Los apoyamos a conectar con su propio poder para dar pasos hacia la consecución de su visión atendiendo a los procesos y al cuidado de las personas. Diferenciar, honrar los espacios de toma de decisiones, indagación colectiva, gestión emocional y celebración/conexión, forma parte de una visión más integral del cuerpo grupal y nos ayudará a desarrollarlo no sólo equilibradamente, si no también de manera más eficaz.
Desde la facilitación queremos apoyar al grupo a nombrar y ordenar la realidad de manera que creemos una atmósfera o un "campo" que nos apoye en nuestro crecimiento.