Por qué se dice presidente y no presidenta.

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Ese es el problema… no es una mujer pensante😂

Vanessa-nfjd
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No es "principio" es participio activo.. Gracias!

maikielmedina
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Es que si pensó para decirlo, porque hasta escrito lo tenía 😂

mateohernandez
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El argumento es que “presidente” es el participio activo de “presidir”, y que se forma con la raíz de dicho verbo, “presid-” más el también participio pasivo de “ser”, que sería “ente”. Error. “Presidente” es el antiguo participo activo del verbo “presidir”.

LandStereo
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Saben que es ridículo en una discusión de gramática??? Que en este video dice la próxima vez "piensas" antes de hablar...en vez de "piensa".

gangcat
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Si Fuera en masculino le dijera PRESIDENTO

luzmapalencia
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No ella y ella no tiene pies ni cabeza, PERO la Rae ya autorizo desde décadas que se utilice presidenta y clienta por la magnitud de veces que las personas lo turilizan, por lo tanto son 2 palabras exclusivas en las que termina en A

leimerguxi
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Soy hombre pero esta comparando adjetivos con sustantivos y no son lo mismo

gonzalodigiulio
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Lamento decir que las palabras se basan en uso y no validez como amboldiga, si la gente dice presidenta eso será una palabra

rabirayranacomentando
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Solo les pido que chequen lo que la rae dice al respecto... Y por ende, es preferible llamarle presidenta y no presidente

metalfenix
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¿Y te parece correcto interrumpir a otros cuando hablen? Cuando termine de hablar, ahí le corrigen o no se un sustantivo de esa palabra, eso dijeron en otros comentarios

RonaldoEFH
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1) El participio (activo) del verbo ser no es "ente", sólo existe el participio perfecto y es SIDO. El verbo ser tuvo en el pasado una forma de participio activo hoy perdida, pero no era ente sino eseyente.

2) La terminación –nte no procede de ente. Lo que encontramos al retrotaernos al latín es la secuencia –nt–Todos los participios de presente del latín tenían esta misma forma: e-ntis, ama-ntis, lege-ntis, capie-ntis, etc. Obviando la raíz verbal y la vocal temática que quedan a la izquierda del guion, en todas estas formas lo que encontramos es la secuencia –nt– y la terminación –is, desinencia de caso genitivo. Esta secuencia –nt– es un infijo, un elemento que se inserta en el interior de una palabra, y es una marca morfológica que indica un subtipo concreto de declinación por el que se guían algunas de las palabras que forman parte de la tercera declinación latina. Aunque por este modelo de temas en –nt– se declinan solo unos pocos sustantivos y adjetivos, en la práctica es muy productivo, porque es el modelo por el que se declinan todos los participios de presente activos de todos los verbos latinos y varios de los participios del griego clásico.

3) La terminación -nte no se toma de ente porque este denote al ser. El hecho de que esta secuencia -nt- aparezca no solo en ente, sino en todos los participios de los verbos latinos e incluso en otros adjetivos (como prudentis, ‘prudente’), sustantivos (como /leontos/, ‘león’ en griego) y determinantes (como /panta/, ‘todo’ en griego) prueba que esa –nt– no ha sido nunca, a lo largo de su historia, marca de entidad o de existencia. Nunca, por sí sola, ha denotado al ser, al ente. Lo que históricamente existe es este infijo –nt– y no la terminación –nte. Nada, por tanto, en la morfología histórica de este elemento –nt– impide que las palabras que se forman con él tengan una forma distinta para el género femenino; es más, históricamente este infijo ha formado parte de palabras que explícitamente diferenciaban el género. Un participio como entis puede tener potencialmente hasta 24 desinencias en Latín, es decir, 24 terminaciones después del infijo –nt– (entem, entis, enti, entium, entia, etc.) que se encargan precisamente de marcar el caso, el número y el género.

Por último. Es cierto que el español conserva este infijo fundamentalmente en la terminación –nte, y es fácil caer en el error de creer que la emplea solo para referirse a la persona que realiza la acción del verbo (presidente el que preside, cantante el que canta, atacante el que ataca). Sin embargo esto no es una verdad absoluta: ni todos los verbos se refieren al agente con esta terminación, ni siempre que esta terminación aparece se asocia a la persona que lleva a cabo la acción del verbo.
Los que luchan, los que inventan, los que trabajan, los que corren, etc. no son los luchantes, los inventantes, los trabajantes, etc. sino el luchador y la luchadora, el inventor y la inventora, el trabajador y la trabajadora. El español actual conserva, además, casos en los que este infijo es más una mera marca gramatical (heredera de un antiguo participio que hoy ya no se siente como tal): mediante, de mediar; durante, de durar; o bastante, de bastar. Y de hecho, en el español de otras épocas estas palabras tenían forma en plural (era, por ejemplo, posible decir ellas durantes).

Nada en la morfología histórica de nuestra lengua, ni en la de las lenguas de las que la nuestra procede, impide que las palabras que se forman con este componente tengan una forma para el género femenino. Las lenguas evolucionan y en esa evolución se transforman. Estos cambios se deben a muchas causas, algunas son causas internas (evoluciones fonéticas, por ejemplo); otras son externas, el contacto con otras lenguas o el cambio en las sociedades que las hablan. Para que una lengua tenga voces como presidenta, solo hacen falta dos cosas: que haya mujeres que presidan y que haya hablantes que quieran explícitamente expresar que las mujeres presiden. Si esas dos circunstancias se dan, ninguna supuesta terminación, por muy histórica que sea su huella, frenará el uso de la forma femenina, pregúntese el lector por qué no se han levantado voces contra el uso del femenino sirvienta (o asistenta, dependienta, infanta ...).

Puesto que, además, presidenta ya tiene registro académico desde el Diccionario de 1803, se emplea desde mucho antes y es la forma mayoritaria según el Diccionario panhispánico de dudas, no parece que haya motivo para no usar o incluso para no preferir esta forma cuando el referente es una mujer.

Por esta razón, en los dos últimos ejemplos anteriores habría sido preferible escribir «Existía la esperanza de que con la llegada de la presidenta Bachelet se eliminaría este impuesto» o «Ana Patricia Botín, nueva presidenta del Santander».

yagoodriozolasaez
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De hecho "presidenta" está aceptado por la RAE.

devilmaycat