Uno de los grandes inventos romanos#shorts

Los acueductos romanos finalizaban en los llamados Castellum aquae, o lo que es lo mismo, un distribuidor o una gran cisterna de abastecimiento del que partían los ramales que transportaban el agua hasta los puntos de servicio de la ciudad.
Contaban con una gran cuenca circular en su interior y un sistema de compuertas que permitían gestionar y economizar el consumo, pudiéndose cortar el suministro de determinadas zonas.
Uno de los más conservados actualmente es el castellum aquae de Pompeya, situado en el punto más alto de Pompeya, y a través de su conexión con el acueducto Augústeo de Serino se garantizaba el suministro de agua a toda la ciudad.