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El judaísmo no es una religión
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Los judíos somos un pueblo. El judaísmo es más bien el producto de la experiencia histórica de los judíos. Es como decir “japonísmo” para los japoneses. En la antigüedad esta idea era clara para todas las demás naciones del mundo gracias a que los judíos teníamos nuestro reino en la tierra de Israel.
Pero desde la trágica destrucción del Reino de Judea en el año 70 por manos de los romanos, los judíos perdimos nuestra independencia nacional. Salimos a un exilio de 2000 años, lejos de nuestra tierra, pero nunca olvidando la promesa que nos hizo Hashem sobre que volveríamos a nuestra tierra ancestral.
Fue debido al exilio que los académicos europeos del siglo XVIII se inventaron eso de que "los judíos somos una religión". La razón es porque los judíos estábamos dispersos por el mundo y sin un país. Carecíamos de territorio porque Roma nos lo había quitado. Por eso es que, para los enciclopedistas europeos, era muy difícil decir que los judíos somos un pueblo. Por el hecho de que no regíamos en nuestra propia tierra, los académicos debieron meter a los judíos en la categoría de "religiones".
Es decir, por no tener una independencia nacional fue que nos comenzaron a llamar "religion". Un error de definiciones.
Los judíos siempre supimos que volveríamos a nuestra tierra porque así se nos prometió. Sabíamos que algún día volveríamos a tener un reino (un Estado, como se les llaman hoy en día). Por eso los judíos, tras haber salido al exilio, guardamos con nostros todas las tradiciones y enseñanzas de nuestra nación. A ese sistema de sabiduría que los judíos conservamos tras la destrucción del Templo de Jerusalem se le llamó "judaísmo". De ahí comenzaron los errores de comprensión de la academia europea con respecto al Pueblo Judío; al punto al de que nos comenzaron a llamar "religión" erróneamente.
Gracias a Hashem el Pueblo Judío retornamos a Sion. Recuperamos nuestra libertad nacional, tal y como en los días de antaño en nuestro Pueblo. Hashem nunca rompió su promesa con Israel.
Pero desde la trágica destrucción del Reino de Judea en el año 70 por manos de los romanos, los judíos perdimos nuestra independencia nacional. Salimos a un exilio de 2000 años, lejos de nuestra tierra, pero nunca olvidando la promesa que nos hizo Hashem sobre que volveríamos a nuestra tierra ancestral.
Fue debido al exilio que los académicos europeos del siglo XVIII se inventaron eso de que "los judíos somos una religión". La razón es porque los judíos estábamos dispersos por el mundo y sin un país. Carecíamos de territorio porque Roma nos lo había quitado. Por eso es que, para los enciclopedistas europeos, era muy difícil decir que los judíos somos un pueblo. Por el hecho de que no regíamos en nuestra propia tierra, los académicos debieron meter a los judíos en la categoría de "religiones".
Es decir, por no tener una independencia nacional fue que nos comenzaron a llamar "religion". Un error de definiciones.
Los judíos siempre supimos que volveríamos a nuestra tierra porque así se nos prometió. Sabíamos que algún día volveríamos a tener un reino (un Estado, como se les llaman hoy en día). Por eso los judíos, tras haber salido al exilio, guardamos con nostros todas las tradiciones y enseñanzas de nuestra nación. A ese sistema de sabiduría que los judíos conservamos tras la destrucción del Templo de Jerusalem se le llamó "judaísmo". De ahí comenzaron los errores de comprensión de la academia europea con respecto al Pueblo Judío; al punto al de que nos comenzaron a llamar "religión" erróneamente.
Gracias a Hashem el Pueblo Judío retornamos a Sion. Recuperamos nuestra libertad nacional, tal y como en los días de antaño en nuestro Pueblo. Hashem nunca rompió su promesa con Israel.
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