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Innovación y valor añadido con Carlos Esteller
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Innovación y valor añadido
Las empresas están en una lucha constante por mejorar la productividad de las mismas y la optimización de procesos para ello es imprescindible. Se suele poner el foco en producir más, pero intentando reducir los costes, el gasto… Sin embargo, este objetivo sólo no basta. Hay algo fundamental que las compañías no deben olvidar cuando el fin es aumentar esa productividad, crecer, progresar y ofrecer una mejor experiencia: el valor añadido y la innovación.
Repensar el proyecto una y otra vez nos ayuda a lograrlo. ¿Cómo se puede mejorar? ¿Hay alguna manera de llevar a cabo el proceso de manera más eficaz? ¿Dónde hay una mayor ralentización del proyecto, del tiempo? Las respuestas a estas preguntas están, muchas veces, en la innovación. E innovar siempre es importante en el ámbito empresarial, sobre todo en materia de herramientas.
Es bien sabido que en este aspecto las mejoras tecnológicas en las compañías – sobre todo con la digitalización - ocupan un lugar esencial. Influyen en los resultados y en la productividad, pero cuando se habla de innovación no se refiere solo a tecnología. Innovar implica cambio en todos los sentidos: de mentalidad, de estrategia, de gestión, conocimiento, herramientas etc. en definitiva, hacer algo distinto para encontrar resultados diferentes y lograr esa meta que influya en la rentabilidad económica, el crecimiento de la compañía y la satisfacción del cliente.
Otro de los aspectos ya mencionados que hay que tener presente para que la empresa sea más productiva es el valor añadido. Conlleva mejoras en muchos ámbitos vitales para esa consecución: en cuanto a procesos, acceso a la información, toma de decisiones etc.
Éstos son algunos de los factores que junto con otros como la planificación, comunicación estratégica, el capital humano etc. facilitan el cambio y mejora empresarial para poner en práctica una idea más ágil, más fresca, más rentable, más potente y, por lo tanto, más productiva que de continuidad al negocio y le permita avanzar.
Las empresas están en una lucha constante por mejorar la productividad de las mismas y la optimización de procesos para ello es imprescindible. Se suele poner el foco en producir más, pero intentando reducir los costes, el gasto… Sin embargo, este objetivo sólo no basta. Hay algo fundamental que las compañías no deben olvidar cuando el fin es aumentar esa productividad, crecer, progresar y ofrecer una mejor experiencia: el valor añadido y la innovación.
Repensar el proyecto una y otra vez nos ayuda a lograrlo. ¿Cómo se puede mejorar? ¿Hay alguna manera de llevar a cabo el proceso de manera más eficaz? ¿Dónde hay una mayor ralentización del proyecto, del tiempo? Las respuestas a estas preguntas están, muchas veces, en la innovación. E innovar siempre es importante en el ámbito empresarial, sobre todo en materia de herramientas.
Es bien sabido que en este aspecto las mejoras tecnológicas en las compañías – sobre todo con la digitalización - ocupan un lugar esencial. Influyen en los resultados y en la productividad, pero cuando se habla de innovación no se refiere solo a tecnología. Innovar implica cambio en todos los sentidos: de mentalidad, de estrategia, de gestión, conocimiento, herramientas etc. en definitiva, hacer algo distinto para encontrar resultados diferentes y lograr esa meta que influya en la rentabilidad económica, el crecimiento de la compañía y la satisfacción del cliente.
Otro de los aspectos ya mencionados que hay que tener presente para que la empresa sea más productiva es el valor añadido. Conlleva mejoras en muchos ámbitos vitales para esa consecución: en cuanto a procesos, acceso a la información, toma de decisiones etc.
Éstos son algunos de los factores que junto con otros como la planificación, comunicación estratégica, el capital humano etc. facilitan el cambio y mejora empresarial para poner en práctica una idea más ágil, más fresca, más rentable, más potente y, por lo tanto, más productiva que de continuidad al negocio y le permita avanzar.