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JEAN-LUC GODARD: RUPTURAS, COMBATES Y DEBATES, TOMA I
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CINECLUB EL MURO EN LA TÁVOLA SANTA PRESENTA:
JEAN-LUC GODARD: RUPTURAS, COMBATES Y DEBATES, TOMA I
DEL 12 AL 22 DE OCTUBRE DE 2022
CALLE 55 N° 10-25, CHAPINERO
Cineasta, crítico y teórico, gran innovador de las técnicas, las figuras, las narrativas y las experimentaciones del montaje, Jean-Luc Godard (1930-2022) no representa solamente seis décadas y media de obra, dedicación y amor por el cine o, junto a Pier Paolo Pasolini, Sergei M. Eisenstein y Dziga Vertov, el hecho de ser uno de los grandes pensadores visuales del siglo XX, por medio de la imagen en movimiento. Es, sobre todo, antes que todo y al mismo tiempo un gran cinéfilo, un creador cuya obra es indisociable de la Historia del Cine, de su conocimiento y de su génesis. No hay, no existe entonces, una obra de Godard sin la permanente práctica del homenaje, la citación, la referencia, el pastiche, el collage, o inclusive el plagio, como acto consciente y asumido, de todas las artes, de la Historia del Arte, dentro de la cual se pensó y se insertó. Co-fundador y figura emblemática –con François Truffaut y Claude Chabrol- de la “Nouvelle Vague”, Jean-Luc Godard pertenece a la generación de creadores que llegó al cine por medio de su amor por él, y no por su formación académica o su oficio dentro de la profesión, pasando de la obsesión de sumergirse en las salas oscuras para devorar película tras película, asistiendo asiduamente a cuento cineclub hubiese, pero sobre todo, a la Cinemateca Francesa, dirigida por Henri Langlois, su verdadera Alma Mater y su verdadero Maestro y Formador, y de ahí al ejercicio de la escritura de la crítica cinematográfica en “Cahiers du cinema”, en torno a su otro protector, André Bazin. Jean-Luc Godard también es indisociable de las rupturas estéticas, los combates políticos y los debates históricos, en torno y dentro del cine mismo, que incluyó profusamente dentro de sus películas, de manera abiertamente polémica, que se volvieron ensayos, archivos, soportes, documentos, manifiestos, textos, pronunciamientos.
Apoyó de manera entusiasta las luchas de liberación nacional del tercer mundo, la revolución cubana, la lucha del pueblo vietnamita en contra de la invasión estadounidense, la causa de la liberación palestina, presintió y acompañó, así como criticó, el movimiento obrero-estudiantil de mayo del 68, y sus extensiones en Italia o Checoslovaquia, documentó la organización de los trabajadores en las fábricas, junto al Grupo Dziga Vertov, del que fue co-fundador. Denunció la dictadura chilena, analizó los efectos del fin de la Guerra Fría tanto en Alemania como en Rusia –la ex Unión Soviética-. Gritó y alarmó a la opinión pública ante los horrores de las guerras de desarticulación de la ex Yugoslavia, al tiempo que estudió las consecuencias, por medio de los archivos históricos y su alcance en términos de memoria colectiva, de la inhumanidad alcanzada en la Segunda Guerra Mundial. Todas estas intuiciones y visiones quedaron plasmadas, así como su conocimiento crítico de Hollywood y del cine europeo en “Historia(s) del Cine” (1988-1998), una de sus obras mayores. Las películas de Jean-Luc Godard son también una forma de desandar su propio camino, una operación crítica sobre sí mismo, y de oponerse de manera tácita y tajante al devenir contemporáneo de la imagen, frente al cual sentía una profunda amargura.
Por todas estas razones, plasmadas en más de 50 largometrajes, e infinidad de trabajos cortos, por cuyo conjunto fue merecedor del Premio Oscar a toda una vida dedicada al cine, y a la palma de Oro Especial del Festival de Cannes por “El libro de imagen” (2018), su último opus y testamento, por la influencia definitiva que sus películas ejercieron sobre creadores icónicos de sus propias generaciones como Martin Scorsese o Quentin Tarantino, el Cineclub El Muro, con curaduría de Sergio Becerra*, exdirector de la Cinemateca de Bogotá, propone a su público de la Távola Santa, reactivando la historia cinéfila de Chapinero, un primer, sentido y justo tributo en homenaje a la obra de Jean-Luc Godard, por medio de 17 películas, muy representativas de más de seis décadas de pensamiento y acción cinematográfica, en la que combinó pasión, conocimiento y polémica, para el mayor placer de los cinéfilos del mundo entero.
1)Jean-Luc Godard en diálogo con estudiantes de cine, en la Escuela Lefresnoy (2007):
2) Jean-Luc Godard y François Truffaut, unidos por su amor al cine:
-Llamamiento al “Comité de apoyo” a Henri Langlois, fundador de la Cinemateca Francesa, ante la pretensión de André Malraux, Ministro de Cultura, de apartarlo de su cargo:
-Godard y Truffaut se solidarizan –por razones distintas- con la lucha obrero-estudiantil de mayo del 68, y llaman a terminar anticipadamente el Festival de Cannes:
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JEAN-LUC GODARD: RUPTURAS, COMBATES Y DEBATES, TOMA I
DEL 12 AL 22 DE OCTUBRE DE 2022
CALLE 55 N° 10-25, CHAPINERO
Cineasta, crítico y teórico, gran innovador de las técnicas, las figuras, las narrativas y las experimentaciones del montaje, Jean-Luc Godard (1930-2022) no representa solamente seis décadas y media de obra, dedicación y amor por el cine o, junto a Pier Paolo Pasolini, Sergei M. Eisenstein y Dziga Vertov, el hecho de ser uno de los grandes pensadores visuales del siglo XX, por medio de la imagen en movimiento. Es, sobre todo, antes que todo y al mismo tiempo un gran cinéfilo, un creador cuya obra es indisociable de la Historia del Cine, de su conocimiento y de su génesis. No hay, no existe entonces, una obra de Godard sin la permanente práctica del homenaje, la citación, la referencia, el pastiche, el collage, o inclusive el plagio, como acto consciente y asumido, de todas las artes, de la Historia del Arte, dentro de la cual se pensó y se insertó. Co-fundador y figura emblemática –con François Truffaut y Claude Chabrol- de la “Nouvelle Vague”, Jean-Luc Godard pertenece a la generación de creadores que llegó al cine por medio de su amor por él, y no por su formación académica o su oficio dentro de la profesión, pasando de la obsesión de sumergirse en las salas oscuras para devorar película tras película, asistiendo asiduamente a cuento cineclub hubiese, pero sobre todo, a la Cinemateca Francesa, dirigida por Henri Langlois, su verdadera Alma Mater y su verdadero Maestro y Formador, y de ahí al ejercicio de la escritura de la crítica cinematográfica en “Cahiers du cinema”, en torno a su otro protector, André Bazin. Jean-Luc Godard también es indisociable de las rupturas estéticas, los combates políticos y los debates históricos, en torno y dentro del cine mismo, que incluyó profusamente dentro de sus películas, de manera abiertamente polémica, que se volvieron ensayos, archivos, soportes, documentos, manifiestos, textos, pronunciamientos.
Apoyó de manera entusiasta las luchas de liberación nacional del tercer mundo, la revolución cubana, la lucha del pueblo vietnamita en contra de la invasión estadounidense, la causa de la liberación palestina, presintió y acompañó, así como criticó, el movimiento obrero-estudiantil de mayo del 68, y sus extensiones en Italia o Checoslovaquia, documentó la organización de los trabajadores en las fábricas, junto al Grupo Dziga Vertov, del que fue co-fundador. Denunció la dictadura chilena, analizó los efectos del fin de la Guerra Fría tanto en Alemania como en Rusia –la ex Unión Soviética-. Gritó y alarmó a la opinión pública ante los horrores de las guerras de desarticulación de la ex Yugoslavia, al tiempo que estudió las consecuencias, por medio de los archivos históricos y su alcance en términos de memoria colectiva, de la inhumanidad alcanzada en la Segunda Guerra Mundial. Todas estas intuiciones y visiones quedaron plasmadas, así como su conocimiento crítico de Hollywood y del cine europeo en “Historia(s) del Cine” (1988-1998), una de sus obras mayores. Las películas de Jean-Luc Godard son también una forma de desandar su propio camino, una operación crítica sobre sí mismo, y de oponerse de manera tácita y tajante al devenir contemporáneo de la imagen, frente al cual sentía una profunda amargura.
Por todas estas razones, plasmadas en más de 50 largometrajes, e infinidad de trabajos cortos, por cuyo conjunto fue merecedor del Premio Oscar a toda una vida dedicada al cine, y a la palma de Oro Especial del Festival de Cannes por “El libro de imagen” (2018), su último opus y testamento, por la influencia definitiva que sus películas ejercieron sobre creadores icónicos de sus propias generaciones como Martin Scorsese o Quentin Tarantino, el Cineclub El Muro, con curaduría de Sergio Becerra*, exdirector de la Cinemateca de Bogotá, propone a su público de la Távola Santa, reactivando la historia cinéfila de Chapinero, un primer, sentido y justo tributo en homenaje a la obra de Jean-Luc Godard, por medio de 17 películas, muy representativas de más de seis décadas de pensamiento y acción cinematográfica, en la que combinó pasión, conocimiento y polémica, para el mayor placer de los cinéfilos del mundo entero.
1)Jean-Luc Godard en diálogo con estudiantes de cine, en la Escuela Lefresnoy (2007):
2) Jean-Luc Godard y François Truffaut, unidos por su amor al cine:
-Llamamiento al “Comité de apoyo” a Henri Langlois, fundador de la Cinemateca Francesa, ante la pretensión de André Malraux, Ministro de Cultura, de apartarlo de su cargo:
-Godard y Truffaut se solidarizan –por razones distintas- con la lucha obrero-estudiantil de mayo del 68, y llaman a terminar anticipadamente el Festival de Cannes:
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