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CEV 2 Reyes Capítulos 16 -17
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En estos capítulos vemos: Acaz profana el templo, caída de Samaria, Cautiverio de Israel y FIN DEL REINO DEL NORTE.
Meditaremos hoy en 2 Reyes 17: 4 y 33 “ Mas el rey de Asiria descubrió que Oseas conspiraba; porque había enviado embajadores a So, rey de Egipto, y no pagaba tributo al rey de Asiria, como lo hacía cada año; por lo que el rey de Asiria le detuvo, y le aprisionó en la casa de la cárcel. Aunque temían a Jehová, honraban a sus dioses, según la costumbre de las naciones de donde habían sido trasladados”.
Oseas pagó tributo al Rey de Asiria y pretendía ser fiel a él, pero hizo un convenio secreto con el Rey de Egipto, esperando recibir ayuda de los Egipcios y liberar a su nación del control Asirio; pero los astutos planes con doble intención de Oseas, revelaron que su confianza, no estaba en Dios. No estaba en Jehová, el DIOS DE LOS EJÉRCITOS, EL DIOS DE ISRAEL, sino en sí mismo y en sus estrategias gubernamentales.
Proverbios 3:7 “No seas sabio en tu propia opinión, sino teme a Jehová y apártate del mal”.
Esta clase de arreglos políticos, aparentó tener éxito sólo temporalmente. Cuando el Rey de Asiria, se enteró del acuerdo que hizo Oseas con el rey So de Egipto, inició la batalla que puso fin al Reinado del Norte; éste fue el resultado de los Pecados consecutivos de todos los Reyes que Reinaron en Israel al desobedecer a la Palabra de Dios
“Hasta hoy hacen como antes: ni temen a Jehová, ni guardan sus estatutos ni sus ordenanzas, ni hacen según la ley y los mandamientos que prescribió Jehová a los hijos de Jacob, al cual puso el nombre de Israel; con los cuales Jehová había hecho pacto, y les mandó diciendo: No temeréis a otros dioses, ni los adoraréis, ni les serviréis, ni les haréis sacrificios. Mas a Jehová, que os sacó de tierra de Egipto con grande poder y brazo extendido, a éste temeréis, y a éste adoraréis, y a éste haréis sacrificio” (2 Reyes 17:34-36).
Egipto no intentó ayudar al Reinado de Oseas; recordemos que Egipto representa el mundo y estaban prohibidos de hacer Alianza con ellos o volver a los pecados mundanos:
“¡Ay de los hijos que se apartan, dice Jehová, para tomar consejo, y no de mí; para cobijarse con cubierta, y no de mi espíritu, añadiendo pecado a pecado! Que se apartan para descender a Egipto, y no han preguntado de mi boca; para fortalecerse con la fuerza de Faraón, y poner su esperanza en la sombra de Egipto. Pero la fuerza de Faraón se os cambiará en vergüenza, y el amparo en la sombra de Egipto en confusión” (Isaías 30:1-3).
Que triste final trajo el pecado de desobediencia, e infidelidad a Dios; de una vida libre a la Cautividad; de una tierra prometida, en abundancia, como nación fuerte, a ser esclavos de una nación pagana. El Reino del Norte-Israel, fue llevado en cautividad a Asiria; años después el Reino del Sur-Judá a Babilonia.
Tengamos cuidado de volver al mundo, buscando el refugio mundano, porque siempre será un fracaso. La ciencia mundana nos deslumbra con sus vanidades, y buscamos consejos terrenales que nos hagan sentir bien; en vez de aceptar la reprensión de la Palabra Poderosa, transformadora de nuestro Dios. Oseas tipificó al pueblo de Israel, ya que estaban sirviendo a dos amos; creían en Jehová el Dios Verdadero, pero también adoraban a Ídolos muertos a quienes se sometian en sus ceremonias.
Los resultados adversos del reino de Oseas, fue una tremenda advertencia, contra la infidelidad a Dios: “Tú crees que Dios es uno; bien haces. También los demonios creen, y tiemblan” (Santiago 2:19).
Hay muchos, que cometen el mismo error que Oseas; por eso debemos tener siempre presente Santiago 1:8 “El hombre de doble ánimo es inconstante en todos sus caminos.”
Tienen cierto temor de Dios, y tienen miedo de morir, por eso tratan de ser Religiosos. Creen en Dios y también en santos, ídolos creación de manos de hombres. Pero no sirven al Señor Jesucristo con todo su corazón. Creen en sí mismos, a su propia manera, para su propia confusión y perdición. Yendo a la Iglesia, y llamándose Cristianos, pero solo es de Nombre.
“Este pueblo de labios me honra, mas su corazón está lejos de mí” (Mateo 15:8).
¡A quién vamos a engañar si Dios lo ve todo!
Recuerda: ¡La falta de convicción, caracteriza a una persona de doble ánimo. Teme y obedece al Dios Viviente Jesucristo, y nunca serás confundido!
Meditaremos hoy en 2 Reyes 17: 4 y 33 “ Mas el rey de Asiria descubrió que Oseas conspiraba; porque había enviado embajadores a So, rey de Egipto, y no pagaba tributo al rey de Asiria, como lo hacía cada año; por lo que el rey de Asiria le detuvo, y le aprisionó en la casa de la cárcel. Aunque temían a Jehová, honraban a sus dioses, según la costumbre de las naciones de donde habían sido trasladados”.
Oseas pagó tributo al Rey de Asiria y pretendía ser fiel a él, pero hizo un convenio secreto con el Rey de Egipto, esperando recibir ayuda de los Egipcios y liberar a su nación del control Asirio; pero los astutos planes con doble intención de Oseas, revelaron que su confianza, no estaba en Dios. No estaba en Jehová, el DIOS DE LOS EJÉRCITOS, EL DIOS DE ISRAEL, sino en sí mismo y en sus estrategias gubernamentales.
Proverbios 3:7 “No seas sabio en tu propia opinión, sino teme a Jehová y apártate del mal”.
Esta clase de arreglos políticos, aparentó tener éxito sólo temporalmente. Cuando el Rey de Asiria, se enteró del acuerdo que hizo Oseas con el rey So de Egipto, inició la batalla que puso fin al Reinado del Norte; éste fue el resultado de los Pecados consecutivos de todos los Reyes que Reinaron en Israel al desobedecer a la Palabra de Dios
“Hasta hoy hacen como antes: ni temen a Jehová, ni guardan sus estatutos ni sus ordenanzas, ni hacen según la ley y los mandamientos que prescribió Jehová a los hijos de Jacob, al cual puso el nombre de Israel; con los cuales Jehová había hecho pacto, y les mandó diciendo: No temeréis a otros dioses, ni los adoraréis, ni les serviréis, ni les haréis sacrificios. Mas a Jehová, que os sacó de tierra de Egipto con grande poder y brazo extendido, a éste temeréis, y a éste adoraréis, y a éste haréis sacrificio” (2 Reyes 17:34-36).
Egipto no intentó ayudar al Reinado de Oseas; recordemos que Egipto representa el mundo y estaban prohibidos de hacer Alianza con ellos o volver a los pecados mundanos:
“¡Ay de los hijos que se apartan, dice Jehová, para tomar consejo, y no de mí; para cobijarse con cubierta, y no de mi espíritu, añadiendo pecado a pecado! Que se apartan para descender a Egipto, y no han preguntado de mi boca; para fortalecerse con la fuerza de Faraón, y poner su esperanza en la sombra de Egipto. Pero la fuerza de Faraón se os cambiará en vergüenza, y el amparo en la sombra de Egipto en confusión” (Isaías 30:1-3).
Que triste final trajo el pecado de desobediencia, e infidelidad a Dios; de una vida libre a la Cautividad; de una tierra prometida, en abundancia, como nación fuerte, a ser esclavos de una nación pagana. El Reino del Norte-Israel, fue llevado en cautividad a Asiria; años después el Reino del Sur-Judá a Babilonia.
Tengamos cuidado de volver al mundo, buscando el refugio mundano, porque siempre será un fracaso. La ciencia mundana nos deslumbra con sus vanidades, y buscamos consejos terrenales que nos hagan sentir bien; en vez de aceptar la reprensión de la Palabra Poderosa, transformadora de nuestro Dios. Oseas tipificó al pueblo de Israel, ya que estaban sirviendo a dos amos; creían en Jehová el Dios Verdadero, pero también adoraban a Ídolos muertos a quienes se sometian en sus ceremonias.
Los resultados adversos del reino de Oseas, fue una tremenda advertencia, contra la infidelidad a Dios: “Tú crees que Dios es uno; bien haces. También los demonios creen, y tiemblan” (Santiago 2:19).
Hay muchos, que cometen el mismo error que Oseas; por eso debemos tener siempre presente Santiago 1:8 “El hombre de doble ánimo es inconstante en todos sus caminos.”
Tienen cierto temor de Dios, y tienen miedo de morir, por eso tratan de ser Religiosos. Creen en Dios y también en santos, ídolos creación de manos de hombres. Pero no sirven al Señor Jesucristo con todo su corazón. Creen en sí mismos, a su propia manera, para su propia confusión y perdición. Yendo a la Iglesia, y llamándose Cristianos, pero solo es de Nombre.
“Este pueblo de labios me honra, mas su corazón está lejos de mí” (Mateo 15:8).
¡A quién vamos a engañar si Dios lo ve todo!
Recuerda: ¡La falta de convicción, caracteriza a una persona de doble ánimo. Teme y obedece al Dios Viviente Jesucristo, y nunca serás confundido!