UNA VEZ SALVO SIEMPRE SALVO (PRIMERA PARTE)

El pecado no se paga arrepintiendose del pecado; sino, con la muerte del alma que ha pecado (Ezequiel 18:4). Los pecados no se pagan arrepintiendose de los pecados; sino, con la muerte del alma que ha cometido los pecados (Ezequiel 18:4).
Cristo te salvó cuando Cristo cargo todos tus pecados en su cuerpo (1 Pedro 2:24), y Cristo murió por tus pecados (1 Corintios 15:3-5), asi has sido salvo de toda condena posible contra ti. Creer esta verdad y sacrificio de Dios en tu favor, a ti te hace salvo de toda condena y te da vida eterna; es decir, te hace un justificado por tu fe (Romanos 5:1), no creer esta verdad y sacrificio de Dios en tu favor, a ti te hace permanecer condenado y con destino a tu muerte eterna (Juan 8:24).