Margarita Höhenrieder plays Beethoven • Piano Concerto No. 5 Op. 73 “Emperor”

preview_player
Показать описание
Piano Concerto No. 5 Op. 73 “Emperor”, in E flat major

Allegro - 00:11
Adagio un poco mosso - 20:24
Rondo: Allegro ma non troppo - 26:55

The Piano Concerto No. 5 in E♭ major, Op. 73, known as the Emperor Concerto, was composed in 1809 under salary in Vienna. Beethoven dedicated it to Archduke Rudolf, who was his patron, friend, and pupil. Its public premiere was on 28 November 1811 in Leipzig, with Friedrich Schneider as the soloist and Johann Philipp Christian Schulz conducting the Gewandhaus Orchestra. Beethoven, usually the soloist, could not perform due to declining hearing. The work's military aspects and symbolism characterize its heroic style. Beethoven took novel approaches with the piece, such as beginning the solo entrance without orchestral introduction, lengthening the concerto, and creating a new relationship between piano and orchestra. The origin of the epithet “Emperor” is uncertain; it may have been coined by Johann Baptist Cramer, the English publisher of the concerto.

Margarita Höhenrieder, piano
Bayerisches Staatsorchester
Bruno Weil, conductor

Margarita Höhenrieder (b. 1956) is a German pianist and Professor at the Hochschule für Musik und Theater in München. In 1981, Höhenrieder won the first prize at the Ferruccio Busoni International Piano Competition in Bolzano. She has played as a soloist with conductors Kirill Petrenko, Claudio Abbado, Lorin Maazel, James Levine, Riccardo Chailly, and Fabio Luisi, among others, and with orchestras such as Symphonieorchester des Bayerischen Rundfunks, Münchner Philharmoniker, New York Philharmonic, Sächsische Staatskapelle Dresden, Gewandhausorchester, Mozarteum Orchester Salzburg, and Mahler Chamber Orchestra. She has performed and recorded chamber music also with Kit Armstrong, cellist Julius Berger, pianist Alfred Brendel, clarinetist Eduard Brunner, the Gewandhaus Quartet, clarinetist Sabine Meyer, among others.

Recorded at Prinzregententheater München, 2020.

#margaritahöhenrieder #beethoven
Рекомендации по теме
Комментарии
Автор

He escuchado este concierto a lo largo de mi vida miles de veces, mis circuitos neuronales se conectan a cada nota, a cada roce de las cuerdas de los violines, chelos, contrabajos... He descubierto hace poco a Margarita, y no me perdono por ello. Hoy al escuchar esta versión perfectamente grabada y sin público que pudiera distorsionar con alguna tos, la maravilla que surgía del escenario, me ha parecido escuchar al propio Beethoven. Creo que a pesar de su sordera, o precisamente por ello tocaría así, aunque no creo que en su época encontrara una orquesta tan unida y perfecta como esta. Margarita hace que el EMPERADOR se TRANSFORME en el verdadero OLIMPO DE LOS DIOSES DE LA MÚSICA.

rafaelgazolahoz
Автор

She’s one of most favourite pianists. Especially for Beethoven.

TheAtheist
Автор

I think this is the fastest tempo I have ever heard on the Adagio. Ha!

brdforallseasons
Автор

¡VIVA LA MÚSICA! (Al margen de los MISERABLES)
Hoy, descorazonado, una vez más, por las noticias que me llegan en forma de leyes aprobadas que suponen desgarrarnos literalmente nuestras vidas y las de nuestras familias, me he querido evadir unos minutos escuchando música en condiciones, aislándome del mundo.
Llevo días enfrascado con lo de los libros y en distintos problemas y la echaba en falta.
Hablo de escuchar música en condiciones cuando me siento en el sofá, me ajusto los cascos para no escuchar nada ajeno, conecto mi pantalla grande y mi amplificador. Subo el volumen a lo que mis oídos aguanten, a lo más parecido a que si en vez de estar sentado en mi casa, caminara por el escenario entre todos los músicos.
He buscado directamente mi concierto de piano favorito que ya os he explicado muchas veces; el EMPERADOR para piano y orquesta de BEETHOVEN. Pero esta vez interpretado por Margarita Höhenrieder. Tiene seis años menos que yo, y es alemana, concretamente de MUNICH.
No voy a comentar su vida pues podéis informaros en Wikipedia y otros lugares, quiero hablar de lo que he escuchado EMOCIONADO hoy.
Este concierto lo he vivido tantas veces que no sabría ni calcularlas. Lo escuchaba casi a diario en mi tocadiscos cuando estudiaba mis cursos en Zaragoza. Compré un LP con una versión de Rubinstein, y junto a la novena, la quinta, el concierto de violín etc. me empapaba de ellos mientras estudiaba anatomía, o tumbado en mi cama del colegio mayor. Unos primitivos cascos cumplían su misión de permitirme disfrutar de le música sin molestar a nadie.
A veces me vestía con americana, camisa y pajarita, y a las cuatro de la mañana, dejando al lado los apuntes, me ponía a dirigir con mi pluma estilográfica como improvisada batuta, y os puedo asegurar que ni estaba, ni estoy loco.
Incluso intentaba sacar la melodía en un piano que había en una sala insonorizada del colegio, y me frustraba una y otra vez al no saber tocarlo. No tuve opción de pequeño en poder ir a clases de ese instrumento.
Pero vayamos a lo que he sentido hoy.
Mis circuitos neuronales conectados por millones, como he explicado en un post hoy mismo, se activan como las plantas en primavera, y uno a uno recuerdan cada nota, cada roce de cuerdas de los chelos, de los violines, de los contrabajos, o cada impulso diafragmático del que toca el oboe, el fagot o la trompa... Todas las notas del concierto, todas, de cada uno de los instrumentos las tengo grabadas en mi cerebro. Si una sola faltara o sonara discordante lo notaría. Y luego el protagonista; el piano, las 88 teclas del STENWAY que acaricia o presiona con pasión esa maravillosa mujer alemana. Ese piano que baila arriba y abajo con la presión de sus dos pies presionando los tres pedales (el tonal, el de resonancia y el celeste), para matizar cada nota con los apagadores de las 224 cuerdas, y los hace en cada acorde, cada trino, cada arpegio…
Todo el concierto grabado además de manera impoluta y magnífica, editado cada plano al instante para que no te pierdas ni un detalle de TODA la orquesta. Para que veas y escuches al timbal, al fagot, a la viola… Para que veas esos diálogos entre los 36 maestros que arropan con cariño y perfección a la protagonista. Esa mujer que impulsa de memoria cada dedo de sus hermosas manos, bellas y únicas porque de ellas brota la belleza. Esos músculos del antebrazo y de la mano que contraen y relajan cada tendón para presionar a velocidad de vértigo y con pasión cada nota del Allegro o del Rondó final que te deja sin aliento. Y esos dedos que permiten que nuestros corazones, esos que amamos la música bella, se encojan. Porque te emocionas al verlos deslizarse como la mejor bailarina de ballet ruso, en cada tecla cuando las roza para que el martillo acaricie con delicadeza la cuerda que al vibrar permite a nuestra cóclea sentir un orgasmo de ARTE. Eso transcurre entre el primero y el tercer movimiento, en esa parte increíble de esa obra que denomina ADAGIO UN POCO MOSSO.
Margarita, su orquesta, el espacio libre de espectadores, (puede que por la “pandemia”), los múltiples planos, el ARTE CON MAYÚSCULAS, me han hecho olvidar por unos minutos a tantos MISERABLES. Y lo han hecho con tal intensidad que me he visto en la obligación de contarlo para que alguno de vosotros podáis disfrutarlo también. Pero no os conforméis con escucharlo a ratos o de mala manera, sería un sacrilegio y una ofensa incluso para esta increíble mujer. Su ARTE, merece un respeto reverencial.
Y mi suspiro de indignación y de vergüenza es que en un año que lleva publicado ese vídeo sólo lo han visto escasas mil personas.
"Bachatadas" y porquerías de esas tienen millones de visitas. Eso es nuestro mundo. Aprovechemos nuestro tiempo y alimentemos nuestras almas, podemos hacerlo cada día, a pesar de los MISERABLES.

rafaelgazolahoz