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Canto fuerte contra los poderes del mal (Oración de San Benito): CRUX SACRA SIT MIHI LUX (33x)
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Escucha aquí el canto completo (sin los efectos de sonido del video):
Crux sacra sit mihi lux / non draco sit mihi dux / vade retro satana / numquam suade mihi vana / sunt mala quae libas / ipse venena bibas
La historia de este video trata de la lucha espiritual en la que estamos inmersos todos los hombres y que ha de librarse con las armas adecuadas. ¡Esta lección tiene que aprenderla nuestro “héroe” en esta pequeña película! Él representa nuestra frecuente e inapropiada pretensión de combatir el misterio de la iniquidad con medios humanos. ¡Pero la valentía humana resulta ser insuficiente en esta batalla! Fue la Cruz la que quebrantó el poder del Mal. Por eso, a lo largo de todo el video resuena el canto de la Medalla de San Benito: “Crux sacra sit mihi lux” (La Cruz santa sea mi luz). Lo cantamos 33 veces, correspondientes a los años que Nuestro Salvador estuvo aquí en la Tierra.
Sin embargo, nuestro “héroe” no está solo. En su camino lo acompañan espiritualmente las “vírgenes prudentes”. Ellas se refugian en la Cruz, sabiendo dónde encontrar verdadera ayuda. En las ruinas de una iglesia, donde sólo ha quedado la Cruz entronizada en lo alto (un símbolo de la situación actual de nuestra Santa Iglesia), permanecen en vela y encienden las lámparas, mientras aguardan al “guerrero”.
Este último, en medio de su desesperada huida de las garras del león, habiendo agotado en vano hasta la última de sus flechas, encuentra la ayuda decisiva: un sacerdote que le entrega las armas que necesita para su combate: la cruz y el Santo Rosario. Él mismo hace uso de la autoridad que le ha sido conferida para ahuyentar al enemigo: “Vade retro, Satana!”
Antes de marcharse, el sacerdote le entrega a nuestro “héroe” algo de agua bendita. Las pilas en la iglesia han de ser vueltas a llenar y este sacramental, ser usado como otra arma en el combate. Así, nuestro “héroe” se convierte en un “soldado de la luz” en el ejército de su Señor. ¡Ahora sabe cuáles armas emplear en este combate!
Entretanto, las “vírgenes prudentes” han encontrado otras armas y ayudas espirituales: la Palabra de Dios y la Virgen María, que tuvo que ser librada del polvo del olvido. ¡Ella asiste a los hombres en este combate, así como también Los Santos!
Finalmente, amanece… Después de la oscuridad de este tiempo, vendrá la luz y las tinieblas tendrán que ceder. Todo este combate ha de estar impregnado por la confianza en Dios. En efecto, ¡no es una lucha con un final abierto! No vencerán las tinieblas; sino la luz.
Le encomendamos esta pequeña obra al Señor y a sus santos ángeles, esperando que sea de provecho espiritual para todos los que entren en contacto con ella.
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