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Las olas del mar. Son Ellas.

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Que se agiten las enaguas
como las olas del mar
y que todo su danzar
avive fuego de fraguas.
Que fluyan libres las aguas
al ir y venir del viento
pues el baile es movimiento
que emana y brota cual río,
por eso al bailar sonrío
expresando lo que siento.
-K. G. M.
En el mar embravecido
del oscuro de tus ojos
siendo espuma, sal, fluido
yo detuve mis antojos
abrazándote he mecido
mi barca en tus labios rojos.
Soy presa de la corriente
que me arrastra a navegar
y con las olas del mar
mi pasión será torrente.
Y oigo las olas del mar
en tus aguas permanentes.
-K. G. M
Son jarocho de D. P. “Las olas del mar”. Zapateado, jarana y letra: Karen García Muñoz
Contrabajo y voz: Gabriela Rodríguez
Arreglos: Son Ellas- Karen G. Muñoz y Gabriela Rodríguez
El anécdota: Corrí, leí y vi jugar al Nico en el parque, de vuelta a casa, una mujer alta con un instrumento musical inmenso estaba en mi portón, sí, Gabriela Rodríguez se confundió (siempre anda en la luna) creyó que había ensayo y llegó temprano. No podíamos hacer como sin nada, había que escribir, había que sonar y grabamos este son de "Las olas del mar” con una letra recién nacida de una servidora, y unos arreglos musicales de ambas que irrumpieron el momento así de que, soñemos con el mar...
como las olas del mar
y que todo su danzar
avive fuego de fraguas.
Que fluyan libres las aguas
al ir y venir del viento
pues el baile es movimiento
que emana y brota cual río,
por eso al bailar sonrío
expresando lo que siento.
-K. G. M.
En el mar embravecido
del oscuro de tus ojos
siendo espuma, sal, fluido
yo detuve mis antojos
abrazándote he mecido
mi barca en tus labios rojos.
Soy presa de la corriente
que me arrastra a navegar
y con las olas del mar
mi pasión será torrente.
Y oigo las olas del mar
en tus aguas permanentes.
-K. G. M
Son jarocho de D. P. “Las olas del mar”. Zapateado, jarana y letra: Karen García Muñoz
Contrabajo y voz: Gabriela Rodríguez
Arreglos: Son Ellas- Karen G. Muñoz y Gabriela Rodríguez
El anécdota: Corrí, leí y vi jugar al Nico en el parque, de vuelta a casa, una mujer alta con un instrumento musical inmenso estaba en mi portón, sí, Gabriela Rodríguez se confundió (siempre anda en la luna) creyó que había ensayo y llegó temprano. No podíamos hacer como sin nada, había que escribir, había que sonar y grabamos este son de "Las olas del mar” con una letra recién nacida de una servidora, y unos arreglos musicales de ambas que irrumpieron el momento así de que, soñemos con el mar...
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