Diáfano - La maldición de seguir vivo

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Prod: EDWBEATS

Letra:

Mis ojos no son luceros, son agujeros negros
¿entiendes o te lo explico de nuevo?
He vivido un infierno. Morí y no hubo cielo,
entonces dime, ¿en dónde me encuentro?
Hace tiempo me hice adicto a la felicidad,
y ahora que no la tengo me da ansiedad,
por eso no hay colores en mis arcoíris,
por eso en mis fotografías me falta el iris.
Me faltó en estos años calor corporal.
Le pagaría a una prostituta pa que me abrazara,
y si de pronto me pongo a llorar,
le pediría que no me deje y que no me soltara.
Y si mañana despierto y todo fue un sueño,
y tengo dieciséis y debo ir a la escuela,
esta vez lo haría bien para no errar de nuevo,
pero eso es imposible, es solo una entelequia.
Me estoy enamorando de mi enfermedad,
esto es el colmo, tengo el estocolmo.
Fui castigado injustamente con severidad.
Si Dios existe yo no lo perdono.

Sé que no hay nadie en este mundo que me dé su amor,
por eso debo de empezar a valorarme yo.
Es complicado este proceso de querer sanar,
que sea difícil no implica que no se va a lograr.
Porque vagó mi alma en pena por senda soledad,
condenada a vagar en completa oscuridad,
hoy a lo lejos diviso un pequeño resplandor
que es una ínfima esperanza del fin de mi dolor.

Tengo miedo de parpadear de nuevo,
tener cuarenta y extrañar estar contigo,
ver nuestras fotos y llenarme de recuerdos...
¡Y maldecir la maldición de seguir vivo!
Jorge estaba ignorante de lo que iba a acontecer
y el endeble Dapator terminó por perecer.
Hay tantos muertos en esta guerra interna
que sucumbieron después de la tragedia.
Diáfano, sabes que no hay nadie que te pueda amar,
la gente solo puede ver en ti monstruosidad,
la consecuencia de tu precaria salud mental.
Si no te quieres ni tú mismo, ¿qué vas a esperar?
Sufro la perpetuidad de este invierno interno emocional:
tiemblo, me abrazo a mí mismo, y no deja de nevar.
Y aunque la droga difumina esta realidad,
cuando se acaba el efecto de nuevo me siento mal.
Este es otro octubre y, mierda... sigo igual,
lo único que ha menguado son las ganas de matar.
Y aunque no pueda matarlos, sigo siendo un suicida
que no ha perdido la guerra, lucharé por mi vida.

Sé que no hay nadie en este mundo que me dé su amor,
por eso debo de empezar a valorarme yo.
Es complicado este proceso de querer sanar,
que sea difícil no implica que no se va a lograr.
Porque vagó mi alma en pena por senda soledad,
condenada a vagar en completa oscuridad,
hoy a lo lejos diviso un pequeño resplandor
que es una ínfima esperanza del fin de mi dolor.