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Si te Pones Celosa, Pagas la Cuenta | Luigi Torres
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Si te Pones Celosa, Pagas la Cuenta | Luigi Torres
Psicología del Amor. Relaciones Explicadas. Celos. Novia Celosa.
Tal como lo acabas de escuchar. Todo ¡Eso suena a un tema de novela, pero tranqui, aquí estoy para hablar de relaciones humanas en onda moderna y fresca!
¿Quién no ha vivido esa situación incómoda de sentir celos?
¡Imagina esta escena: una pareja en un restaurante, todo cool, disfrutando de su comida y derrochando amor! De repente, el chico suelta la bomba: un reto para su chica. Él le dice a ella, "Oye, Martina, apuesto a que te pones celosa con lo que te voy a contar", y claro, la novia acepta el reto. La movida comienza cuando el chico le señala a una supuesta mujer con sombrero que está mirándoles. La curiosidad de Martina empieza a cocerse y el chico le dice, "No, no mires, porque ella sabrá que te lo estoy diciendo".
Pero, ¿adivina qué? ¡Martina no aguanta y trata de mirar de reojo! El chico le advierte que no lo haga, pero la curiosidad le puede más y se gira para encontrarse... ¡Con un maniquí!
A lo que la novia se acaba de percatar, lo manipulable que puede ser.
Y aquí viene lo interesante: esto me recuerda a algo que dijo un tal Epicteto, un filósofo griego hace mucho tiempo. Él decía que si alguien tiene el poder de hacerte enojar, básicamente te domina. Además, tiraba este otro pensamiento que me gusta mucho: el sufrimiento no viene del problema en sí, sino de cómo lo imaginamos. En resumen, ¡cuidado con los impulsos! Ahora, ¿qué piensas tú de esta jugada? ¿Alguna vez te has dejado llevar por los celos? ¡Cuéntame tu historia en los comentarios y hagamos de esto un espacio donde todos aprendamos!
En el caso de Martina, la curiosidad la llevó a un lío innecesario. Y esto es real en muchas relaciones: esos celillos pueden transformar una situación normal en un drama total. Pero, ¿qué pasa en nuestro cerebro cuando nos envuelve la envidia? Resulta que los celos tienen raíces en la evolución humana. Antes, en la onda de las cavernas, si tu compa se juntaba con otro clan, eso podía significar un riesgo para tu propia tribu. Esa movida quedó grabada en nuestros genes, y ahora, en lugar de mamuts y cuevas, nos enfrentamos a los perfiles de redes sociales y las interacciones del día a día.
El punto es que sentir celos puede ser normal, pero cuando estos se convierten en la voz de tus emociones, la cosa se pone heavy. La mente empieza a armar películas que, en muchas ocasiones, no tienen nada que ver con la realidad. Y eso, mi gente, puede crear conflictos innecesarios en las relaciones. Entonces, ¿cómo manejamos este asunto? Una clave es el autocontrol. No dejar que esos pensamientos se apoderen de la situación. Echar mano de la confianza en tu pareja y en ti misma es clave. Si bien los celos pueden ser una alerta de que algo no va bien, también es importante evaluar si es algo fundado o simple paranoia.
¡Y ojo, porque no solo aplica a las relaciones amorosas! Los celos pueden meterse en la onda de amistades, trabajo, familia, ¡en todas partes! A veces, la clave es entender que cada persona tiene su espacio y su rol en tu vida, y eso no tiene por qué chocar con otras relaciones que tengas. Así que, mi gente, ¿cómo manejan ustedes sus propios celillos? ¿Alguna movida particular que les funcione para no dejarse llevar por esa onda de los celos? ¡Compartan sus trucos y experiencias en los comentarios y hagamos de esto un espacio de aprendizaje y buena vibra! Recuerden, al final del día, lo más importante es estar bien con uno mismo y construir relaciones basadas en la confianza y el respeto mutuo. ¡Vamos a mantener esas relaciones sin drama y llenas de buena onda! Feliz día.
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Psicología del Amor. Relaciones Explicadas. Celos. Novia Celosa.
Tal como lo acabas de escuchar. Todo ¡Eso suena a un tema de novela, pero tranqui, aquí estoy para hablar de relaciones humanas en onda moderna y fresca!
¿Quién no ha vivido esa situación incómoda de sentir celos?
¡Imagina esta escena: una pareja en un restaurante, todo cool, disfrutando de su comida y derrochando amor! De repente, el chico suelta la bomba: un reto para su chica. Él le dice a ella, "Oye, Martina, apuesto a que te pones celosa con lo que te voy a contar", y claro, la novia acepta el reto. La movida comienza cuando el chico le señala a una supuesta mujer con sombrero que está mirándoles. La curiosidad de Martina empieza a cocerse y el chico le dice, "No, no mires, porque ella sabrá que te lo estoy diciendo".
Pero, ¿adivina qué? ¡Martina no aguanta y trata de mirar de reojo! El chico le advierte que no lo haga, pero la curiosidad le puede más y se gira para encontrarse... ¡Con un maniquí!
A lo que la novia se acaba de percatar, lo manipulable que puede ser.
Y aquí viene lo interesante: esto me recuerda a algo que dijo un tal Epicteto, un filósofo griego hace mucho tiempo. Él decía que si alguien tiene el poder de hacerte enojar, básicamente te domina. Además, tiraba este otro pensamiento que me gusta mucho: el sufrimiento no viene del problema en sí, sino de cómo lo imaginamos. En resumen, ¡cuidado con los impulsos! Ahora, ¿qué piensas tú de esta jugada? ¿Alguna vez te has dejado llevar por los celos? ¡Cuéntame tu historia en los comentarios y hagamos de esto un espacio donde todos aprendamos!
En el caso de Martina, la curiosidad la llevó a un lío innecesario. Y esto es real en muchas relaciones: esos celillos pueden transformar una situación normal en un drama total. Pero, ¿qué pasa en nuestro cerebro cuando nos envuelve la envidia? Resulta que los celos tienen raíces en la evolución humana. Antes, en la onda de las cavernas, si tu compa se juntaba con otro clan, eso podía significar un riesgo para tu propia tribu. Esa movida quedó grabada en nuestros genes, y ahora, en lugar de mamuts y cuevas, nos enfrentamos a los perfiles de redes sociales y las interacciones del día a día.
El punto es que sentir celos puede ser normal, pero cuando estos se convierten en la voz de tus emociones, la cosa se pone heavy. La mente empieza a armar películas que, en muchas ocasiones, no tienen nada que ver con la realidad. Y eso, mi gente, puede crear conflictos innecesarios en las relaciones. Entonces, ¿cómo manejamos este asunto? Una clave es el autocontrol. No dejar que esos pensamientos se apoderen de la situación. Echar mano de la confianza en tu pareja y en ti misma es clave. Si bien los celos pueden ser una alerta de que algo no va bien, también es importante evaluar si es algo fundado o simple paranoia.
¡Y ojo, porque no solo aplica a las relaciones amorosas! Los celos pueden meterse en la onda de amistades, trabajo, familia, ¡en todas partes! A veces, la clave es entender que cada persona tiene su espacio y su rol en tu vida, y eso no tiene por qué chocar con otras relaciones que tengas. Así que, mi gente, ¿cómo manejan ustedes sus propios celillos? ¿Alguna movida particular que les funcione para no dejarse llevar por esa onda de los celos? ¡Compartan sus trucos y experiencias en los comentarios y hagamos de esto un espacio de aprendizaje y buena vibra! Recuerden, al final del día, lo más importante es estar bien con uno mismo y construir relaciones basadas en la confianza y el respeto mutuo. ¡Vamos a mantener esas relaciones sin drama y llenas de buena onda! Feliz día.
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