¿Sentir más tu cuerpo puede dar ansiedad?

La interocepción es la capacidad de nuestro cuerpo de detectar y procesar señales internas, como la frecuencia cardíaca o la respiración. La propiocepción, por otro lado, es la capacidad de detectar y procesar señales provenientes de nuestros propios músculos y articulaciones. Ambas son importantes para nuestro bienestar y nuestra capacidad de moverse y interactuar con el mundo que nos rodea.

Cuando hablamos de ansiedad, la interocepción y la propiocepción juegan un papel importante. Por ejemplo, cuando estamos ansiosos, nuestros cuerpos pueden mostrar síntomas físicos como taquicardia, sudoración o dificultad para respirar. Estos síntomas son detectados por nuestro sistema de interocepción y pueden hacernos sentir aún más ansiosos.

Por otro lado, nuestra propiocepción también puede afectar nuestra ansiedad. Si somos muy sensibles a nuestras propias sensaciones físicas, es posible que interpretemos ciertas sensaciones como señales de peligro o de que algo va mal, lo que puede llevar a una mayor ansiedad.

Es importante tener en cuenta que la interocepción y la propiocepción no son lo mismo que la ansiedad, sino que son sistemas que pueden ser afectados por la ansiedad. Trabajar en la regulación de nuestras respuestas físicas y en la comprensión de cómo funcionan nuestros cuerpos puede ayudarnos a manejar mejor la ansiedad y a sentirnos más tranquilos y seguros.