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Carlos GUASTAVINO: JEROMITA LINARES para Cuarteto de Cuerdas y Guitarra (1965) [Vídeo-Score]
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Interpretación: María Isabel Siewers (Guitarra) & Stamic Quartet
Violín I: Bohuslav Matoušek
Violín II: Josef Kekula
Viola: Jan Pěruška
Cello: Vladimír Leixner
[Grabación efectuada en ??? de 1994; Evangelische Kirche Prag, CZE]
Carlos Vicente Guastavino Poroucini (Sante Fe, Argentina 05/IV/1912 † 29/X/2000 Ibídem)
En la década de 1960 el compositor argentino Carlos Guastavino transitaba por una afortunada época de alta efervescencia creativa, ya para ese entonces, dotado de un solvente y desarrollado lenguaje musical que elocuentemente extrapolaba sus ideas, tanto estéticas como poéticas, sobre su pensamiento artístico personal. Si bien, producción que nunca se alejó de los cánones tradicionales, melodía y armonía, materia y forma.
Tras haber escrito en años previos su exitosa serie de 'Cantilenas Argentinas', Guastavino optó por emprender una nueva serie de piezas que agrupó bajo la denominación LAS PRESENCIAS, especie de 'Retratos musicales' que evocan el carácter de personas con las que Guastavino entabló relación amistosa. La sexta de aquellas 'Presencias' lleva por título JEROMITA LINARES y está perfilada para un ensamble de cámara, a saber, Cuarteto de Cuerdas más Guitarra; y para tener una referencia clara y directa sobre esta linda pieza, el compositor dejó apuntado de la siguiente manera el trasfondo de la misma:
'Cuando era niño, existía en mi pueblo una buena señora que vivía en un ranchito muy humilde, cubierto de flores y claveles, donde criaba algunas gallinas. Allí mi madre me enviaba a comprar huevos y, con mucha paciencia porque era muy corta de vista, esperaba a que la señora contara centavo por centavo para poder despedirme hasta el otro día. Se llamaba Jeromita: era española, muy menuda y jorobada, sencilla y amable. Su apellido nunca lo supe, decidí elegírselo yo; por eso siempre digo que JEROMITA LINARES es 'mitad sí, mitad no', personaje a quien me he permitido brindarle en esta obra mi homenaje'
Por la descripción anterior, aquella nos sugiere un ambiente campirano, cándido humor y sabroso sentimiento popular dentro de un marco bucólico como expresión romántica y lírica del folklore norteño argentino, es decir, una obra evidentemente de perfil Nacionalista (en cuanto a su poética musical; absolutamente nada que ver con la práctica demagógica de tantos proselitismos políticos y sus sistémicas corruptelas ideológicas en el Arte popular).
JEROMITA LINARES fue compuesta en Buenos Aires y fechado el manuscrito el 22 de julio de 1965; la obra fue escrita a raíz de la fructífera relación artística entre Guastavino y el guitarrista Roberto Lara, quien efectuó la digitación y revisión final de la parte designada a la Guitarra. Vale señalar que esta composición no pretende ser de carácter concertante, pues tanto la Guitarra acompaña al Cuarteto, y viceversa. Consta de tres secciones bien definidas, tanto la primera como la tercera son vivaces y de florido color, su talante es una canción-danza provinciana; la parte central es la más lírica, un tanto melancólica y ligeramente emparentada con el Romance español que 'a la argentina' se torna en una Vidalita.
Violín I: Bohuslav Matoušek
Violín II: Josef Kekula
Viola: Jan Pěruška
Cello: Vladimír Leixner
[Grabación efectuada en ??? de 1994; Evangelische Kirche Prag, CZE]
Carlos Vicente Guastavino Poroucini (Sante Fe, Argentina 05/IV/1912 † 29/X/2000 Ibídem)
En la década de 1960 el compositor argentino Carlos Guastavino transitaba por una afortunada época de alta efervescencia creativa, ya para ese entonces, dotado de un solvente y desarrollado lenguaje musical que elocuentemente extrapolaba sus ideas, tanto estéticas como poéticas, sobre su pensamiento artístico personal. Si bien, producción que nunca se alejó de los cánones tradicionales, melodía y armonía, materia y forma.
Tras haber escrito en años previos su exitosa serie de 'Cantilenas Argentinas', Guastavino optó por emprender una nueva serie de piezas que agrupó bajo la denominación LAS PRESENCIAS, especie de 'Retratos musicales' que evocan el carácter de personas con las que Guastavino entabló relación amistosa. La sexta de aquellas 'Presencias' lleva por título JEROMITA LINARES y está perfilada para un ensamble de cámara, a saber, Cuarteto de Cuerdas más Guitarra; y para tener una referencia clara y directa sobre esta linda pieza, el compositor dejó apuntado de la siguiente manera el trasfondo de la misma:
'Cuando era niño, existía en mi pueblo una buena señora que vivía en un ranchito muy humilde, cubierto de flores y claveles, donde criaba algunas gallinas. Allí mi madre me enviaba a comprar huevos y, con mucha paciencia porque era muy corta de vista, esperaba a que la señora contara centavo por centavo para poder despedirme hasta el otro día. Se llamaba Jeromita: era española, muy menuda y jorobada, sencilla y amable. Su apellido nunca lo supe, decidí elegírselo yo; por eso siempre digo que JEROMITA LINARES es 'mitad sí, mitad no', personaje a quien me he permitido brindarle en esta obra mi homenaje'
Por la descripción anterior, aquella nos sugiere un ambiente campirano, cándido humor y sabroso sentimiento popular dentro de un marco bucólico como expresión romántica y lírica del folklore norteño argentino, es decir, una obra evidentemente de perfil Nacionalista (en cuanto a su poética musical; absolutamente nada que ver con la práctica demagógica de tantos proselitismos políticos y sus sistémicas corruptelas ideológicas en el Arte popular).
JEROMITA LINARES fue compuesta en Buenos Aires y fechado el manuscrito el 22 de julio de 1965; la obra fue escrita a raíz de la fructífera relación artística entre Guastavino y el guitarrista Roberto Lara, quien efectuó la digitación y revisión final de la parte designada a la Guitarra. Vale señalar que esta composición no pretende ser de carácter concertante, pues tanto la Guitarra acompaña al Cuarteto, y viceversa. Consta de tres secciones bien definidas, tanto la primera como la tercera son vivaces y de florido color, su talante es una canción-danza provinciana; la parte central es la más lírica, un tanto melancólica y ligeramente emparentada con el Romance español que 'a la argentina' se torna en una Vidalita.
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