filmov
tv
Duelo al anochecer completo Excelente Imagen y Sonido
Показать описание
Duelo al anochecer
Anfiteatro Tito Puente
Parece que existe un nuevo rey sonero en la salsa, cuando Domingo Quiñones
logró arrebatarle el privilegiado cetro al Cano Estremera, el autoproclamado
dueño del soneo, en una electrizante noche salsera en San Juan.
El Anfiteatro Tito Puente se quedó pequeño para los miles de salseros que
fueron testigos del llamado duelo de soneros entre el Cano Estremera, Domingo
Quiñones, Lalo Rodríguez y José Alberto 'El Canario'.
A las 8:00 de la noche ya no cabía un alma más en el anfiteatro, que tiene
capacidad para 6,000 personas pero habían muchas más. Una hora después
comenzó la salsa, con la animación de Nestor Galán, locutor de WZNT-FM,
Z-93, organizadora del evento.
Abrió el espectáculo Rafael De Jesús, quien no estaba anunciado. La voz de
este señor no ha desmejorado con el tiempo y de inmediato puso a gozar a los
presentes con Soy candela y el clásico De patitas. Como muestra de que su voz
se mantiene tan potente como hace 20 años, repitió el sostenido que hizo en
la grabación original de la canción, dedicándoselo según él a los que
decían que aquel largo tono había sido modificado electrónicamente para
hacerlo lucir bien. Lo repitió dos veces sin que le flaqueara la voz. Su
participación encendió muy bien los ánimos de los salseros, quienes corearon
toda la canción.
Para iniciar la primera parte del tan esperado duelo presentaron a Lalo
Rodríguez, quien cantó Devórame otra vez acompañado de casi toda la
concurrencia. A tono con lo que hace en otras presentaciones, no faltaron los
movimientos corporales que describían sus soneos, rayando en la vulgaridad.
Aún así, lo peor vino más tarde.
Le llegó el turno al Cano Estremera, sin duda la atracción principal de la
noche. Como tal, fue recibido con gritos de "¡Cano!, ¡Cano!, ¡Cano!".
No se hicieron esperar sus pasos de comediante, donde no faltan las alusiones
al uso de drogas y hasta sacó un pañuelo lleno de algo que debía parecer
marihuana. Después de una demasiado larga introducción hablada, por fin
comenzó a cantar… "allá viene el toro, déjalo que venga"…
No hay que justificar la calidad del Cano en el soneo. Dio muestras de por que
sigue siendo uno de los grandes de todos los tiempos en ese difícil arte
ofreciendo una excelente demostración de soneos dirigidos a sus contrincantes.
Si hábil y talentoso es, el público siempre lo asocia con poca clase y quedó
demostrado en un momento cuando a petición de el Cano, el coro de la canción
decía: "El toro es usted". El público se sintió en la libertad de
añadirle: "¡Cabrón!" y así estuvieron un buen rato cantando a coro. Son
pocos los cantantes que se prestarían para algo así, pero cuando canta el
Cano, todo se vale. Sólo cantó esa canción, a pesar de los gritos del
público pidiendo otra.
Para cerrar la primera parte, llegó Domingo Quiñones, quien comenzó con
Salsumba, y un gran chubasco. Por ser un sitio al aire libre, el que no llevó
sombrilla se mojó ¡y de que manera! Fue un gran aguacero con viento fuerte
que hizo que casi pasara por desapercibida la participación de Domingo. Aun
así, sus soneos retando a sus rivales fueron excelentes.
Nadie se movió de su sitio y mientras trataban de arreglar el equipo de
sonido que se había mojado, Domingo entretuvo a la gente como pudo cantando
sin instrumentos hasta que regresó el sonido por completo. Cerró su primera
participación con No voy a dejarte ir.
Domingo fue el primero en atacar al Cano diciéndole que respecto a los
supuestos soneos escritos y aprendidos, se fuera "a llorar pa' maternidad", en
referencia a un dicho puertorriqueño que se dice cuando alguien busca excusas
sin peso para justificar alguna derrota.
Fue una batalla intensa, que dejó al Canario y a Lalo fuera de carrera desde
el mismo principio. El Cano insistía en que Domingo no puede cantar soneos
cortitos y rápidos y que lo único que sabe cantar son versos largos.
Todo iba de lo mas bien, pero en menos de nada, comenzó el Cano con sus
diatribas, ofreciéndole a Domingo una "puñalá' de carne". Domingo, ya
cansado de los insultos no perdió tiempo en contestarle que "el que habla
mucho poco hace y la mitad de lo que hace es mierda".
Fue la mejor controversia de soneos que he escuchado. Fue una lástima que el
estilo del Cano siempre desemboque en tan poca clase al cantar. En uno de sus
soneos hasta le sacó en caro a Domingo "haberlo visto en el punto". Es bien
sabido que Domingo es un ex-adicto y me parece que traer ese punto a la
controversia de soneos fue un golpe bajo e innecesario.
Fue un magnífico espectáculo que ni la lluvia logró opacar. La orquesta
dirigida por Elías Lopéz estuvo excelente y los arreglos que hicieron sin
muchos mambos, permitió mantener la atención en los cantantes en todo
momento. El sonido, sin mayores fallas y se escuchó potente y claro en todo
momento. La iluminación pasó inadvertida.
AUTOR: JuanCarlPR
FUENTE:
Anfiteatro Tito Puente
Parece que existe un nuevo rey sonero en la salsa, cuando Domingo Quiñones
logró arrebatarle el privilegiado cetro al Cano Estremera, el autoproclamado
dueño del soneo, en una electrizante noche salsera en San Juan.
El Anfiteatro Tito Puente se quedó pequeño para los miles de salseros que
fueron testigos del llamado duelo de soneros entre el Cano Estremera, Domingo
Quiñones, Lalo Rodríguez y José Alberto 'El Canario'.
A las 8:00 de la noche ya no cabía un alma más en el anfiteatro, que tiene
capacidad para 6,000 personas pero habían muchas más. Una hora después
comenzó la salsa, con la animación de Nestor Galán, locutor de WZNT-FM,
Z-93, organizadora del evento.
Abrió el espectáculo Rafael De Jesús, quien no estaba anunciado. La voz de
este señor no ha desmejorado con el tiempo y de inmediato puso a gozar a los
presentes con Soy candela y el clásico De patitas. Como muestra de que su voz
se mantiene tan potente como hace 20 años, repitió el sostenido que hizo en
la grabación original de la canción, dedicándoselo según él a los que
decían que aquel largo tono había sido modificado electrónicamente para
hacerlo lucir bien. Lo repitió dos veces sin que le flaqueara la voz. Su
participación encendió muy bien los ánimos de los salseros, quienes corearon
toda la canción.
Para iniciar la primera parte del tan esperado duelo presentaron a Lalo
Rodríguez, quien cantó Devórame otra vez acompañado de casi toda la
concurrencia. A tono con lo que hace en otras presentaciones, no faltaron los
movimientos corporales que describían sus soneos, rayando en la vulgaridad.
Aún así, lo peor vino más tarde.
Le llegó el turno al Cano Estremera, sin duda la atracción principal de la
noche. Como tal, fue recibido con gritos de "¡Cano!, ¡Cano!, ¡Cano!".
No se hicieron esperar sus pasos de comediante, donde no faltan las alusiones
al uso de drogas y hasta sacó un pañuelo lleno de algo que debía parecer
marihuana. Después de una demasiado larga introducción hablada, por fin
comenzó a cantar… "allá viene el toro, déjalo que venga"…
No hay que justificar la calidad del Cano en el soneo. Dio muestras de por que
sigue siendo uno de los grandes de todos los tiempos en ese difícil arte
ofreciendo una excelente demostración de soneos dirigidos a sus contrincantes.
Si hábil y talentoso es, el público siempre lo asocia con poca clase y quedó
demostrado en un momento cuando a petición de el Cano, el coro de la canción
decía: "El toro es usted". El público se sintió en la libertad de
añadirle: "¡Cabrón!" y así estuvieron un buen rato cantando a coro. Son
pocos los cantantes que se prestarían para algo así, pero cuando canta el
Cano, todo se vale. Sólo cantó esa canción, a pesar de los gritos del
público pidiendo otra.
Para cerrar la primera parte, llegó Domingo Quiñones, quien comenzó con
Salsumba, y un gran chubasco. Por ser un sitio al aire libre, el que no llevó
sombrilla se mojó ¡y de que manera! Fue un gran aguacero con viento fuerte
que hizo que casi pasara por desapercibida la participación de Domingo. Aun
así, sus soneos retando a sus rivales fueron excelentes.
Nadie se movió de su sitio y mientras trataban de arreglar el equipo de
sonido que se había mojado, Domingo entretuvo a la gente como pudo cantando
sin instrumentos hasta que regresó el sonido por completo. Cerró su primera
participación con No voy a dejarte ir.
Domingo fue el primero en atacar al Cano diciéndole que respecto a los
supuestos soneos escritos y aprendidos, se fuera "a llorar pa' maternidad", en
referencia a un dicho puertorriqueño que se dice cuando alguien busca excusas
sin peso para justificar alguna derrota.
Fue una batalla intensa, que dejó al Canario y a Lalo fuera de carrera desde
el mismo principio. El Cano insistía en que Domingo no puede cantar soneos
cortitos y rápidos y que lo único que sabe cantar son versos largos.
Todo iba de lo mas bien, pero en menos de nada, comenzó el Cano con sus
diatribas, ofreciéndole a Domingo una "puñalá' de carne". Domingo, ya
cansado de los insultos no perdió tiempo en contestarle que "el que habla
mucho poco hace y la mitad de lo que hace es mierda".
Fue la mejor controversia de soneos que he escuchado. Fue una lástima que el
estilo del Cano siempre desemboque en tan poca clase al cantar. En uno de sus
soneos hasta le sacó en caro a Domingo "haberlo visto en el punto". Es bien
sabido que Domingo es un ex-adicto y me parece que traer ese punto a la
controversia de soneos fue un golpe bajo e innecesario.
Fue un magnífico espectáculo que ni la lluvia logró opacar. La orquesta
dirigida por Elías Lopéz estuvo excelente y los arreglos que hicieron sin
muchos mambos, permitió mantener la atención en los cantantes en todo
momento. El sonido, sin mayores fallas y se escuchó potente y claro en todo
momento. La iluminación pasó inadvertida.
AUTOR: JuanCarlPR
FUENTE:
Комментарии