Memoria de Santa Isabel Ana Seton, religiosa (Misa de Enero 5, 2025)

El 5 de enero de 2025, la Iglesia celebra la Solemnidad de la Epifanía del Señor, una festividad que conmemora la manifestación de Jesucristo a los gentiles, representados por los Reyes Magos. Las lecturas de este día nos invitan a reflexionar sobre la revelación universal de Dios y el llamado a valorar la vida en su plenitud.

Primera Lectura: Isaías 60, 1-6

El profeta Isaías exhorta a Jerusalén a levantarse y resplandecer, pues la gloria del Señor ha llegado. Este pasaje destaca la luz divina que ilumina a todos los pueblos, simbolizando la salvación y la vida que Dios ofrece a la humanidad. La llegada de los Reyes Magos, mencionada en el Evangelio, es el cumplimiento de esta profecía, mostrando que la salvación es para todos, sin distinción.

Salmo Responsorial: Salmo 71, 2-3. 7-8. 10-13

Este salmo es una oración por un rey justo que gobierne con sabiduría y justicia. Se menciona que los reyes de Tarsis y de las islas le pagarán tributo, y que todos los pueblos le servirán. Esto refleja la universalidad del reinado de Dios y la invitación a todos los pueblos a reconocer y valorar la vida que Él ofrece.

Segunda Lectura: Efesios 3, 2-3a. 5-6

San Pablo revela el misterio de la salvación: los gentiles son coherederos, miembros del mismo cuerpo y partícipes de la promesa en Jesucristo. Este pasaje enfatiza la inclusión de todos en el plan divino, invitándonos a valorar la vida como un don que trasciende fronteras y diferencias.

Evangelio: Mateo 2, 1-12

El Evangelio narra la visita de los Reyes Magos al niño Jesús, reconociendo en Él al Rey de los judíos y ofreciéndole regalos de oro, incienso y mirra. Este acto de adoración y reconocimiento subraya la dignidad y el valor de la vida de Jesús, quien es la manifestación de Dios en el mundo.

Reflexión y Gracia de Valorar la Vida

La Epifanía nos recuerda que la salvación y la vida plena que Dios ofrece están destinadas a todos los pueblos y naciones. Al reconocer en Jesús la luz que ilumina nuestras vidas, somos llamados a valorar y respetar la vida en todas sus formas, entendiendo que cada ser humano es una manifestación del amor y la gloria de Dios. Esta festividad nos invita a abrir nuestros corazones y nuestras comunidades a la universalidad del mensaje de Cristo, promoviendo una cultura de vida y dignidad para todos.