Longevidad saludable, la ciencia de la NUTRICIÓN ANTIAGING

La nutrición juega un papel esencial en la ralentización del envejecimiento desde el interior del organismo. Este proceso se basa en elegir alimentos que no solo nutran, sino que también protejan las células del daño progresivo. Un factor clave en el envejecimiento es el estrés oxidativo, una condición en la que los radicales libres dañan las células y los tejidos, acelerando los signos de envejecimiento. Para combatir este proceso, el consumo de antioxidantes, presentes en alimentos como frutas, verduras, nueces y té verde, ayuda a neutralizar estos radicales libres, protegiendo así la estructura celular y promoviendo una apariencia y sensación de juventud más duradera.

Otro aspecto fundamental en la nutrición antiaging es la inclusión de proteínas de calidad, que ayudan a preservar la masa muscular a medida que se envejece. A esto se le suman las grasas saludables, como las que se encuentran en el aguacate, el aceite de oliva y los frutos secos, que contribuyen a la salud del cerebro y del corazón, promoviendo una vida más longeva. La fibra también es crucial, ya que mejora la salud intestinal, facilita la digestión y favorece la absorción de nutrientes, lo cual es esencial para mantener un organismo equilibrado y lleno de energía.

Además de una alimentación equilibrada, ciertos hábitos alimentarios pueden potenciar los efectos de la nutrición en la longevidad. La restricción calórica y el ayuno intermitente han mostrado beneficios en la salud metabólica, ayudando a reducir la inflamación y a optimizar los niveles de insulina, ambos factores importantes en la promoción de una vida más larga y saludable. Estos métodos pueden activar ciertos procesos celulares, como la autofagia, que elimina las células dañadas y favorece la regeneración, un factor importante para contrarrestar el envejecimiento.

Para mantener una longevidad saludable, es esencial llevar estos conocimientos a la vida diaria. La hidratación adecuada y la inclusión de suplementos antiaging, como el colágeno o la coenzima Q10, pueden complementar los beneficios de la nutrición y de los hábitos alimentarios, ayudando a preservar la piel, las articulaciones y los niveles de energía. La verdadera clave del envejecimiento saludable es la constancia y la aplicación práctica de estos principios en el día a día, logrando así envejecer con vitalidad, energía y bienestar duradero.

PONENTE:
Marta Valls
Dietista-Nutricionista. Técnico Superior en Dietética.

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