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En este video os invito a replantearos las creencias que tenemos sobre si las emociones son buenas o malas, utilizando como ejemplos la ira y el miedo. La ira, aunque muchas veces vista de manera negativa, es necesaria para la evolución humana y puede expresarse de manera adaptativa o desadaptativa. El miedo, otra emoción básica, es esencial para conocernos a nosotros mismos y puede manifestarse físicamente. Destaco la importancia de gestionar el miedo y comprender su papel en nuestras vidas, así como de expresar la ira de forma respetuosa y asertiva. También hablo de la tristeza y la felicidad, donde la tristeza nos recuerda el valor de lo que apreciamos y la felicidad es una parte fundamental de la experiencia humana. Os animo a abrazar vuestras emociones plenamente y reconocer que todas ellas son temporales.

En una parte del video os invito a desafiar vuestras ideas preconcebidas sobre ciertas emociones. Tanto la ira como la rabia no son inherentemente buenas ni malas, sino necesarias para la evolución humana. Pongo como ejemplo la ira para ilustrar cómo se puede expresar de manera adaptativa o desadaptativa. Si la expresamos de manera desadaptativa, como gritar o usar lenguaje corporal agresivo, puede generar conflictos, pero si la usamos de manera adaptativa, como estableciendo límites o comunicando nuestros sentimientos de manera efectiva, puede generar resultados positivos. La clave es aprender a gestionar y expresar las emociones de manera adaptativa.

También hablo sobre el miedo, una emoción básica necesaria para nuestro autoconocimiento y desarrollo. El miedo puede ser adaptativo, ayudándonos en situaciones que requieren cautela y respeto, como hablar en público o enfrentarnos a ambientes peligrosos. Sin embargo, el miedo desadaptativo puede bloquearnos, como cuando nos paralizamos ante un reto importante. El miedo se manifiesta físicamente en nuestro cuerpo, con síntomas como el estómago revuelto, las piernas temblorosas o la tensión en la espalda. Reconocer estas señales físicas puede ayudarnos a gestionar mejor el miedo.

Destaco la importancia de gestionar el miedo y entender su rol en nuestras vidas. El miedo es una emoción natural que nos puede proteger, pero también puede ser un obstáculo si no lo manejamos bien. Comparto una experiencia personal de cómo siento miedo antes de dar una conferencia y cómo lo gestiono reconociendo su presencia en mi cuerpo y manteniendo un diálogo positivo con él. El miedo es una emoción que nos acompañará toda la vida, y debemos aprender a manejarlo de forma efectiva.

Más adelante, os hablo de la ira o la rabia, utilizando como ejemplo un conflicto con un compañero de trabajo. Explico que expresar la ira de forma no adaptativa, como usar palabras hirientes o gestos agresivos, puede llevar al conflicto. Sin embargo, tener una conversación asertiva, donde establecemos límites claros y expresamos cómo nos sentimos, es un enfoque más positivo. La ira es una señal de que se ha sobrepasado un límite, y activa nuestro cuerpo de diferentes maneras. Sugiero la respiración diafragmática profunda como una herramienta para manejar la ira y recuperar el control.

También abordo la emoción de la tristeza, que a menudo es etiquetada como negativa, pero que puede tener diversas tonalidades, como la nostalgia o la desolación. La tristeza es una emoción adaptativa que nos ayuda a procesar pérdidas y a dar sentido a nuestras experiencias. Sin embargo, si se prolonga en el tiempo, puede llevarnos a un diálogo interno negativo o a una sensación de vacío. Recomiendo no huir de la tristeza, activarnos a través del movimiento o la música, y finalmente enfrentarnos a ella y vivirla plenamente.

Finalmente, trato la complejidad de las emociones, centrándome en la felicidad o alegría. La felicidad, aunque a menudo considerada como positiva, también tiene sus altibajos. Nos ayuda a apreciar las cosas buenas de la vida y nos motiva a crecer, pero un exceso de felicidad o de optimismo puede desconectarnos de la realidad y tener consecuencias negativas. Os animo a abrazar la felicidad cuando llega, recordando que es una parte fundamental de la experiencia humana con diversas tonalidades, como la satisfacción, la pasión, la euforia o incluso el amor.

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