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'La Catalana'. Elena Maristany. Con subtítulos en español e italiano
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EL LEGADO
“A Doña Elena Maristany siempre en el recuerdo”
Dicen que los olivos guardan
la historia que guarda el legado
de Doña Elena Maristany
y al cielo la van pregonando…
Que ella llegó de lejos
junto a su marido amado
y entre el dolor, vio la belleza
de un pueblo a un balcón asomado.
Eran tiempos de penuria
por una guerra provocados
donde el miedo y la tristeza
se quedaron incrustados
en las gargantas vacías
y en los campos arrasados.
Su mirada vio el hambre
y dio pan al necesitado,
su piel sintió el frío
y las mantas se multiplicaron,
su corazón vio el sufrimiento
y abrió la generosidad de sus brazos
para acoger a todos los que llegaban
a su puerta a pedirle algo…
Era su sonrisa, su elegancia,
sus ojos, su voz, su tacto
la presencia del amor
cuando entraba en cualquier lado,
la certeza de que Dios
un ángel nos había mandado
para ayudar a una tierra
que jamás la ha olvidado.
Ella fue la catalana
más andaluza que ha pisado
las calles del pueblo de Priego
donde su impronta ha quedado.
Dicen, Doña Elena, que los olivos guardan
la historia de su legado
para que sea eterna en el tiempo
la bondad de sus manos.
Teresa Jiménez
06-10-2024
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EL LEGADO
“A Doña Elena Maristany siempre en el recuerdo”
Dicen que los olivos guardan
la historia que guarda el legado
de Doña Elena Maristany
y al cielo la van pregonando…
Que ella llegó de lejos
junto a su marido amado
y entre el dolor, vio la belleza
de un pueblo a un balcón asomado.
Eran tiempos de penuria
por una guerra provocados
donde el miedo y la tristeza
se quedaron incrustados
en las gargantas vacías
y en los campos arrasados.
Su mirada vio el hambre
y dio pan al necesitado,
su piel sintió el frío
y las mantas se multiplicaron,
su corazón vio el sufrimiento
y abrió la generosidad de sus brazos
para acoger a todos los que llegaban
a su puerta a pedirle algo…
Era su sonrisa, su elegancia,
sus ojos, su voz, su tacto
la presencia del amor
cuando entraba en cualquier lado,
la certeza de que Dios
un ángel nos había mandado
para ayudar a una tierra
que jamás la ha olvidado.
Ella fue la catalana
más andaluza que ha pisado
las calles del pueblo de Priego
donde su impronta ha quedado.
Dicen, Doña Elena, que los olivos guardan
la historia de su legado
para que sea eterna en el tiempo
la bondad de sus manos.
Teresa Jiménez
06-10-2024
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