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Alarma nuclear - Efecto sonido sirena

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Efecto de sonido de una sirena de alarma nuclear.
Sound effect of a nuclear alarm siren.
Muchos países han tomado medidas para proteger a su población civil de ataques nucleares hasta donde fuera posible, que van desde la difusión de folletos informativos hasta la construcción de complejas redes de refugios nucleares para un elevado porcentaje de la población en algunos Estados. En general, estos intentos fueron recibidos con ironía y escepticismo, pues acostumbraban a emplazar a los ciudadanos a recursos e instituciones que probablemente no sobrevivirían a una guerra nuclear, o a un futuro que no tenía en cuenta los efectos de la contaminación radiactiva y el invierno nuclear:
Tener una idea general de los posibles objetivos (véase la sección Política y estrategia de la guerra nuclear), y mantenerse apartado de los mismos.
Saber si existen refugios nucleares en las proximidades, y utilizarlos.
Disponer de reservas de alimentos enlatados, agua embotellada y otros productos de primera necesidad. Tras el ataque, racionar y utilizar estos productos en primer lugar, mientras la radiación exterior va disminuyendo.
Conocer los recursos de protección civil existentes en el área.
Conocer las señales de aviso del sistema de protección civil.
Si el ataque es inminente, no trate de huir en vehículos privados. Se corre el riesgo casi seguro de quedar atrapados en el previsible atasco de las carreteras y expuestos a la explosión en la intemperie.
No mire en la dirección previsible de la explosión, ni siquiera a decenas de kilómetros de distancia, para evitar la ceguera. Ninguna clase de gafa de sol le protegerá.
Si ve un destello "brillante como el sol" o los equipos electrónicos a baterías se detienen de golpe y simultáneamente (relojes digitales, teléfonos móviles, MP3, etc), tírese al suelo inmediatamente, cúbrase la cabeza y busque protección contra la cristalería a rastras.
Si lo anterior ocurre dentro de un vehículo de motor, quite la llave de contacto, desbloquee las puertas, ponga el freno de mano, y tírese al suelo del automóvil inmediatamente. En ambos casos, la explosión ya ha sucedido y la onda de choque llegará en cualquier momento.
Antes de que la explosión se produzca, buscar refugio bajo tierra (sótanos, cuevas estables, túneles del metro, alcantarillado, etc), o en rincones interiores de los edificios, lejos de puertas y ventanas. Si se está al aire libre, tratar de esconderse bajo objetos sólidos. Protegerse en la medida de lo posible de la metralla volante, y particularmente de la cristalería.
Protéjase de los cristales. Los cristales son peligrosísimos y a las energías implicadas pueden penetrar incluso en el cemento. Si no hay una estancia sin cristales, el mejor lugar es justo debajo, para que estallen por encima de su cabeza.
Debe prepararse mentalmente para un suceso de extrema violencia y confusión. Es natural tener miedo, pero no se permita ceder al pánico.
Si se dispone de la "pastilla nuclear" (dosis masiva de calcio y yodo), tomarla para prevenir la fijación de cesio-137 y yodo-131 en el organismo. Estas dos sustancias son las principales causantes del síndrome radiactivo agudo y otras enfermedades asociadas a la radiación por irradiación secundaria (contaminación), pero no primaria (directa).
Los muros gruesos de hormigón armado y las estancias subterráneas representan una protección razonable contra la irradiación directa.
Cierre las llaves del gas y el agua. Desconecte el interruptor eléctrico principal.
Si se incendia la ropa, rodar sobre uno mismo o apagarla con mantas. Si se dispone de tiempo, puede ser conveniente desnudarse completamente y cubrir el cuerpo entero con mantas, alfombras, lonas o capotes que se puedan apartar fácilmente en caso de que ardan; la ropa pegada al cuerpo se adherirá fácilmente a la piel en caso de que prenda o se caliente intensamente, causando grandes quemaduras o agravándolas. Pero, por el otro extremo, la piel expuesta se quemará fácilmente.
Espere a que pase la onda de choque (puede tardar 30 segundos o más) y la onda secundaria si se produce (hasta dos minutos).
Protegerse de la deposición radiactiva, permaneciendo en los refugios o cuanto menos cubriéndose con mantas, capotes, botas de agua y mascarillas de papel.
No abandonar el refugio hasta que las autoridades permitan o recomienden la salida.
Mantenerse informado a través de la radio, si sigue funcionando.
Verificar los daños antes de penetrar o habitar en un edificio, en previsión de derrumbes o incendios.
Mantenerse apartado de las conducciones de gas y tener cuidado con las de agua y electricidad.
No penetrar en las áreas dañadas o indicadas con señales de peligro radiológico.
Evitar desplazamientos innecesarios o confrontaciones. Cualquier herida es potencialmente mortal cuando la asistencia médica no está garantizada.
Sound effect of a nuclear alarm siren.
Muchos países han tomado medidas para proteger a su población civil de ataques nucleares hasta donde fuera posible, que van desde la difusión de folletos informativos hasta la construcción de complejas redes de refugios nucleares para un elevado porcentaje de la población en algunos Estados. En general, estos intentos fueron recibidos con ironía y escepticismo, pues acostumbraban a emplazar a los ciudadanos a recursos e instituciones que probablemente no sobrevivirían a una guerra nuclear, o a un futuro que no tenía en cuenta los efectos de la contaminación radiactiva y el invierno nuclear:
Tener una idea general de los posibles objetivos (véase la sección Política y estrategia de la guerra nuclear), y mantenerse apartado de los mismos.
Saber si existen refugios nucleares en las proximidades, y utilizarlos.
Disponer de reservas de alimentos enlatados, agua embotellada y otros productos de primera necesidad. Tras el ataque, racionar y utilizar estos productos en primer lugar, mientras la radiación exterior va disminuyendo.
Conocer los recursos de protección civil existentes en el área.
Conocer las señales de aviso del sistema de protección civil.
Si el ataque es inminente, no trate de huir en vehículos privados. Se corre el riesgo casi seguro de quedar atrapados en el previsible atasco de las carreteras y expuestos a la explosión en la intemperie.
No mire en la dirección previsible de la explosión, ni siquiera a decenas de kilómetros de distancia, para evitar la ceguera. Ninguna clase de gafa de sol le protegerá.
Si ve un destello "brillante como el sol" o los equipos electrónicos a baterías se detienen de golpe y simultáneamente (relojes digitales, teléfonos móviles, MP3, etc), tírese al suelo inmediatamente, cúbrase la cabeza y busque protección contra la cristalería a rastras.
Si lo anterior ocurre dentro de un vehículo de motor, quite la llave de contacto, desbloquee las puertas, ponga el freno de mano, y tírese al suelo del automóvil inmediatamente. En ambos casos, la explosión ya ha sucedido y la onda de choque llegará en cualquier momento.
Antes de que la explosión se produzca, buscar refugio bajo tierra (sótanos, cuevas estables, túneles del metro, alcantarillado, etc), o en rincones interiores de los edificios, lejos de puertas y ventanas. Si se está al aire libre, tratar de esconderse bajo objetos sólidos. Protegerse en la medida de lo posible de la metralla volante, y particularmente de la cristalería.
Protéjase de los cristales. Los cristales son peligrosísimos y a las energías implicadas pueden penetrar incluso en el cemento. Si no hay una estancia sin cristales, el mejor lugar es justo debajo, para que estallen por encima de su cabeza.
Debe prepararse mentalmente para un suceso de extrema violencia y confusión. Es natural tener miedo, pero no se permita ceder al pánico.
Si se dispone de la "pastilla nuclear" (dosis masiva de calcio y yodo), tomarla para prevenir la fijación de cesio-137 y yodo-131 en el organismo. Estas dos sustancias son las principales causantes del síndrome radiactivo agudo y otras enfermedades asociadas a la radiación por irradiación secundaria (contaminación), pero no primaria (directa).
Los muros gruesos de hormigón armado y las estancias subterráneas representan una protección razonable contra la irradiación directa.
Cierre las llaves del gas y el agua. Desconecte el interruptor eléctrico principal.
Si se incendia la ropa, rodar sobre uno mismo o apagarla con mantas. Si se dispone de tiempo, puede ser conveniente desnudarse completamente y cubrir el cuerpo entero con mantas, alfombras, lonas o capotes que se puedan apartar fácilmente en caso de que ardan; la ropa pegada al cuerpo se adherirá fácilmente a la piel en caso de que prenda o se caliente intensamente, causando grandes quemaduras o agravándolas. Pero, por el otro extremo, la piel expuesta se quemará fácilmente.
Espere a que pase la onda de choque (puede tardar 30 segundos o más) y la onda secundaria si se produce (hasta dos minutos).
Protegerse de la deposición radiactiva, permaneciendo en los refugios o cuanto menos cubriéndose con mantas, capotes, botas de agua y mascarillas de papel.
No abandonar el refugio hasta que las autoridades permitan o recomienden la salida.
Mantenerse informado a través de la radio, si sigue funcionando.
Verificar los daños antes de penetrar o habitar en un edificio, en previsión de derrumbes o incendios.
Mantenerse apartado de las conducciones de gas y tener cuidado con las de agua y electricidad.
No penetrar en las áreas dañadas o indicadas con señales de peligro radiológico.
Evitar desplazamientos innecesarios o confrontaciones. Cualquier herida es potencialmente mortal cuando la asistencia médica no está garantizada.
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