“Más madera” de Leño, el disco que une la inmediatez del pop con la furia del rock urbano.

En 1980, los ejecutivos de Zafiro andaban desconcertados. No comprendían lo que había sucedido con el sello “Chapa”. De repente, aquellas bandas de rock urbano comprometido que, sólo dos años antes, eran el colmo de la modernidad, parecían haber perdido la onda de los tiempos, porque las radios habían optado por el pop frívolo de la “premovida” madrileña.
Así que “sugirieron” a los grupos que se adaptaran a lo que funcionaba, que acortaran las canciones, y las hicieran más digeribles y apolíticas
Leño, la banda más emblemática del rock urbano se vio envuelta en aquel lío. Y Rosendo Mercado, guitarra y voz; Tony Urbano bajo y Ramiro Penas batería, se pusieron manos a la obra.
Tenían sus canciones e iban a intentar acoplarse a los requerimientos de aquella compañía con la que tenían un contrato firmado. Les volvió a ayudar Teddy Bautista en la producción.
El sonido de “Mas madera” no gustó a las incipientes legiones del “heavy”. Pero, aún así, el disco sonó en esos ambientes. Aunque los solos fueran cortos y la distorsión un poco escasa.
Leño tenía tanta personalidad que el experimento funcionó. Hay temas cortos y guitarras con “chorus”. Pero la furia sigue ahí.