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JOSEFINA | El gran amor de Napoleón | Biografía
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Hubo muchas mujeres en la vida de Napoleón, pero ninguna fue tan importante para él como Josefina de Beauharnais, quien llegó a ser emperatriz de Francia y cuyos descendientes reinan en la actualidad en numerosos países europeos. Pero ¿quién fue realmente Josefina, la esposa de Napoleón? En este vídeo documental en español os contamos la biografía completa de Josefina, para que conozcáis esta figura historica que tan importante fue en la historia de Francia y de toda Europa. #josefina #biografia #napoleon
Marie Josèphe Rose Tascher de la Pagerie nació el 23 de junio de 1763 en la plantación de azúcar que sus padres, Joseph Gaspard y Rose Claire, poseían en Trois-Îlets, comuna de Martinica situada unos 30 kilómetros al sur de la capital. Así que, como su futuro segundo marido, Napoleón Bonaparte, vino a este mundo en una isla, aunque ella en las Antillas Menores, en el Caribe, y él, seis años más tarde, en Córcega, en el Mediterráneo.
Muchos años más tarde, Napoleón quedó cautivado por Josefina de Beauharnais, aquella mujer elegante, atractiva, carismática, supuestamente adinerada, de gran experiencia en la vida y carácter amable que sabía moverse tan bien en unos círculos sociales que a él le resultaban esquivos porque era un tipo de carácter hosco y taciturno. Ella, por su parte, supo encontrar las palabras adecuadas para halagar las cualidades militares de aquel general de éxito y aspecto desastrado, al que su propia imagen importaba bien poco y que, debido a que era pobre, vestía ropas viejas y poco cuidadas. Además de andar escaso de dinero, Napoleón debía ocuparse de ayudar a su madre, Leticia Ramolino, en la crianza de varios de sus hermanos, ya que ella se había quedado viuda una década atrás.
Josefina le sabía escuchar y además le ofrecía a su nuevo admirador un encanto adicional: unos hipotéticos fondos económicos que, sin ser una fortuna, sí podían resultar interesantes a alguien como Napoleón, que no tenía ni casa ni pertenencias. Una mejor posición económica podía ayudarlo a medrar en su carrera militar y las habilidades sociales de Josefina a hacerlo en los círculos de poder. Asimismo, una familia gala de postín como la de los Tascher de la Pagerie no le venía nada mal para afianzar su figura en Francia.
El corso terminó enamorándose de ella, y fue un amor apasionado, como demuestran las numerosas cartas que le envió. ¿Se enamoró Josefina de él antes de casarse? Parece que no, porque, años más tarde, en 1804, ella le reconoció a un amigo que había mantenido “luchas internas y una larga desgana” antes de aceptar la propuesta de matrimonio del entonces joven general corso. Y a una amiga, según explica Juan Granados en su biografía titulada 'Breve historia de Napoleón', le escribió: “Me preguntarás: ¿Lo amas? Bien... No. ¿Sientes aversión por él? No. Lo que siento es tibieza”.
Incluso un notario llamado Raguideau recomendó a la viuda, delante de su futuro esposo, que no firmara el contrato matrimonial con las siguientes palabras: “Este hombre no os trae nada más que su capa y su espada”. Y eso que el contrato matrimonial beneficiaba principalmente a la novia. Según una historia, que no sabemos si es cierta o leyenda, cuando Napoleón ocho años más tarde era ya emperador y lucía joyas y lujosas ropas, le preguntó al mismo abogado: “Bueno, Raguideau, ¿qué piensas ahora de mi capa y mi espada?”.
Como escritores, somos autores de novelas de romance histórico ('El corazón de la banshee' y '¿Quién diablos eres?', obra ganadora del V Premio Titania), libros juveniles (como la novela-espejo 'La maldición de Trefoil House') y también infantil-juveniles (como la colección 'Vinlandia', publicada también en Francia por la editorial Hachette).
Consigue nuestros libros más recientes:
Colección 'Vinlandia':
Sígueme en las redes sociales:
-----------
Guion: Raquel de la Morena y Pedro Estrada
Edición, audio y vídeo: Pedro Estrada
Música: 'Invitation to the Castle Ball', de Doug Maxwell
Marie Josèphe Rose Tascher de la Pagerie nació el 23 de junio de 1763 en la plantación de azúcar que sus padres, Joseph Gaspard y Rose Claire, poseían en Trois-Îlets, comuna de Martinica situada unos 30 kilómetros al sur de la capital. Así que, como su futuro segundo marido, Napoleón Bonaparte, vino a este mundo en una isla, aunque ella en las Antillas Menores, en el Caribe, y él, seis años más tarde, en Córcega, en el Mediterráneo.
Muchos años más tarde, Napoleón quedó cautivado por Josefina de Beauharnais, aquella mujer elegante, atractiva, carismática, supuestamente adinerada, de gran experiencia en la vida y carácter amable que sabía moverse tan bien en unos círculos sociales que a él le resultaban esquivos porque era un tipo de carácter hosco y taciturno. Ella, por su parte, supo encontrar las palabras adecuadas para halagar las cualidades militares de aquel general de éxito y aspecto desastrado, al que su propia imagen importaba bien poco y que, debido a que era pobre, vestía ropas viejas y poco cuidadas. Además de andar escaso de dinero, Napoleón debía ocuparse de ayudar a su madre, Leticia Ramolino, en la crianza de varios de sus hermanos, ya que ella se había quedado viuda una década atrás.
Josefina le sabía escuchar y además le ofrecía a su nuevo admirador un encanto adicional: unos hipotéticos fondos económicos que, sin ser una fortuna, sí podían resultar interesantes a alguien como Napoleón, que no tenía ni casa ni pertenencias. Una mejor posición económica podía ayudarlo a medrar en su carrera militar y las habilidades sociales de Josefina a hacerlo en los círculos de poder. Asimismo, una familia gala de postín como la de los Tascher de la Pagerie no le venía nada mal para afianzar su figura en Francia.
El corso terminó enamorándose de ella, y fue un amor apasionado, como demuestran las numerosas cartas que le envió. ¿Se enamoró Josefina de él antes de casarse? Parece que no, porque, años más tarde, en 1804, ella le reconoció a un amigo que había mantenido “luchas internas y una larga desgana” antes de aceptar la propuesta de matrimonio del entonces joven general corso. Y a una amiga, según explica Juan Granados en su biografía titulada 'Breve historia de Napoleón', le escribió: “Me preguntarás: ¿Lo amas? Bien... No. ¿Sientes aversión por él? No. Lo que siento es tibieza”.
Incluso un notario llamado Raguideau recomendó a la viuda, delante de su futuro esposo, que no firmara el contrato matrimonial con las siguientes palabras: “Este hombre no os trae nada más que su capa y su espada”. Y eso que el contrato matrimonial beneficiaba principalmente a la novia. Según una historia, que no sabemos si es cierta o leyenda, cuando Napoleón ocho años más tarde era ya emperador y lucía joyas y lujosas ropas, le preguntó al mismo abogado: “Bueno, Raguideau, ¿qué piensas ahora de mi capa y mi espada?”.
Como escritores, somos autores de novelas de romance histórico ('El corazón de la banshee' y '¿Quién diablos eres?', obra ganadora del V Premio Titania), libros juveniles (como la novela-espejo 'La maldición de Trefoil House') y también infantil-juveniles (como la colección 'Vinlandia', publicada también en Francia por la editorial Hachette).
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Edición, audio y vídeo: Pedro Estrada
Música: 'Invitation to the Castle Ball', de Doug Maxwell
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