Taller de Sensibilización a Personal de la Salud

Taller de Sensibilización a Personal de la Salud

En América Latina y el Caribe, más del 75% de las trabajadoras sexuales se atienden en los hospitales públicos y la mayoría nos hemos sentido discriminadas en los servicios de salud.

Esto es así, porque los mitos y prejuicios que existen alrededor del trabajo sexual también afectan la mirada que los equipos de salud tienen sobre las trabajadoras sexuales.

Las formas de discriminación más frecuentes son:

• Hostilidad y mal trato.
• Emitir juicios de valor sobre el trabajo sexual con palabras humillantes y descalificantes.
• Tratarnos como “foco de infección” del VIH/Sida y ITS.
• Ofrecer horarios de consulta no compatibles con el trabajo sexual.

Estas opiniones omiten las decisiones reales que existen alrededor de nuestro trabajo.

Las trabajadoras sexuales somos mujeres que elegimos esta actividad por consentimiento.

Sin embargo, la mayoría de las veces las condiciones de trabajo son difíciles.

Porque, en general, no existen normativas que protejan nuestro derecho a trabajar.

La falta de regulación favorece el estigma y la discriminación en todos los ámbitos.

Estamos expuestas a violencia de género y crímenes de odio.
Y nos volvemos más vulnerables aún cuando somos migrantes.

Recomendaciones

La salud de las mujeres trabajadoras sexuales debe ser atendida integralmente, no solo con fines ginecológicos.

Muchas somos víctimas de violencia, no nos revictimicen cuando necesitamos ayuda médica.

Nuestros problemas de salud no pueden reducirse al VIH/sida e ITS. Las condiciones de vida y trabajo muchas veces influyen en nuestro estado de salud.

Los servicios de salud deben brindarnos información amplia y completa para que podamos tomar nuestras propias decisiones sobre nuestra salud integral, sexual y reproductiva y mental.

Queremos consultorios amigables, con horarios flexibles, donde exista la confidencialidad y no nos discriminen.