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El Código Oculto de Wiracocha
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Todos estamos familiarizados con la imagen de Wiracocha que aparece en la Puerta del Sol (imagen), aunque en realidad la podemos encontrar en culturas mucho más antiguas como Chavín, Pukará y Wari (imágenes). Se podría decir que el dios de las dos varas se remonta hasta el amanecer de nuestra civilización.
Eso significa que esta figura fue reverenciada en nuestro territorio por al menos 3 mil años. Una imagen no puede pasar tanto tiempo, transmitiéndose por generaciones, sin llevar un mensaje poderoso, un mensaje que se nos ha escapado de la vista.
Y es que según el libro El Código Wiracocha, la imagen de Wiracocha encierra la cosmovisión de los antiguos andinos e incluso el significado y sentido de la vida. Pues en esta figura están representados los tres mundos de la Pacha, que en su totalidad forman el tejido del cosmos.
El primero de ellos es el Uchu Pacha, que es el mundo interior, que se encuentra bajo la tierra. El Uchu Pacha es un mundo de incubación, pues es ahí donde germinan las semillas y según la cosmovisión andina, también los hombres, pues recordemos que los hermanos Ayar salieron de las profundidades de la tierra a través de una de las cuevas de Pacaritambo y Manco Cápac y mama Ocllo salieron también del uchu pacha emergiendo del lago Titicaca.
En la figura de la puerta del Sol, este mundo está a los pies de Wiracocha, donde un pequeño amaru, enroscado como un gusano se está incubando en un compartimiento (imagen). Este representa el germen de la vida que se gesta en el seno de la tierra. Fíjense que está enroscado formando una espiral. Para el hombre andino, la espiral es el cambio, el nuevo inicio, el nacimiento del que está a punto de surgir al Kay Pacha.
El Kay Pacha se traduce como “el mundo que es” o “el mundo del ser”. Es el mundo presente que nos rodea, donde vivimos y nos desarrollamos. En la imagen se localiza en el cuerpo de Wiracocha (imagen) y está representado por las cabezas de puma. El puma era el guardián del Kay Pacha. Estas cabezas están a los lados de tres rectángulos que sirven de podio que sostiene al mundo. En el centro del pecho, una serpiente con cabeza de puma recuerda la misma figura de los pies. Esa vida que germinaba ahora ha florecido y ocupa el centro del mundo presente. A su lado, dos filetes a modo de tirantes son elevados por dos parejas de cóndores.
Así como el amaru era el guardián del uchú pacha y el puma el guardián del kay pacha, el cóndor es el guadián del hanan pacha, el mundo de arriba. Esto significa que la vida del mundo presente no está estancada ni termina aquí, sino trasciende a un mundo superior. El mundo donde habitan el Inti y las chaskas. En la figura de Wiracocha el hanan pacha está representado en la máscara solar, pues el Sol era el rostro de Wiracocha, la máscara a través de la cual asoma su verdadero rostro, el cual los incas llamaban el Intip Inti, o Sol de soles, el Sol más allá del Sol, a donde iremos después de trascender este mundo.
Esta figura que congrega a los tres mundos nos habla de la trascendencia desde el interior hasta el mundo superior, y su principal mensaje es que el mundo en el que nos encontramos es un mundo de paso, una escala hacia un mundo superior.
Por eso la imagen se encuentra entre dos cetros, pues desde la antigüedad el cetro era el símbolo de poder. Wiracocha es entonces el balance del poder, un eje transversal que une a todos los mundos, que es centro y a la vez punto de encuentro entre ellos.
El mismo nombre de Wiracocha es mucho más largo del que nosotros usamos. Su nombre completo es Illa Teqse Con Tiky Wiracocha Pachayachachic.
Illa es la luz, el resplandor que vemos en su rostro de máscara solar y teqse se traduce como principio divino. Illa Teqse lo podríamos traducir como luz divina y pachayachachic significa el creador y ordenador del universo.
Recordemos que Wiracocha era un dios invisible, creador, que ordenaba los ciclos solares y de las estrellas que podemos ver. Ese concepto abstracto era muy difícil de enseñar al pueblo, al cual se le presentaban dioses que podían ver y les era más fácil adorar, como el Sol, la Luna y las huacas.
Pero la élite comprendía que había Creador por encima de ellos, invisible al pueblo, y como tal también portaba un mensaje invisible, un código que solo los estudiosos y amautas podían descifrar y ese código aún permanece indescifrable para la mayoría de nosotros. Esperemos que con este video te ayude a comprender ese código oculto en la imagen de Wiracocha y así entiendas mejor la visión del mundo que tenían nuestros antepasados.
Si quieres que ese mensaje sea difundido, no te olvides de compartir este video entre tus amigos, tampoco te olvides de darle like a mi página de Capitán Perú, suscribirte a mi canal de Youtube y seguirme en Instagram como Capitán peruano para más información cultural. Nos vemos!
Eso significa que esta figura fue reverenciada en nuestro territorio por al menos 3 mil años. Una imagen no puede pasar tanto tiempo, transmitiéndose por generaciones, sin llevar un mensaje poderoso, un mensaje que se nos ha escapado de la vista.
Y es que según el libro El Código Wiracocha, la imagen de Wiracocha encierra la cosmovisión de los antiguos andinos e incluso el significado y sentido de la vida. Pues en esta figura están representados los tres mundos de la Pacha, que en su totalidad forman el tejido del cosmos.
El primero de ellos es el Uchu Pacha, que es el mundo interior, que se encuentra bajo la tierra. El Uchu Pacha es un mundo de incubación, pues es ahí donde germinan las semillas y según la cosmovisión andina, también los hombres, pues recordemos que los hermanos Ayar salieron de las profundidades de la tierra a través de una de las cuevas de Pacaritambo y Manco Cápac y mama Ocllo salieron también del uchu pacha emergiendo del lago Titicaca.
En la figura de la puerta del Sol, este mundo está a los pies de Wiracocha, donde un pequeño amaru, enroscado como un gusano se está incubando en un compartimiento (imagen). Este representa el germen de la vida que se gesta en el seno de la tierra. Fíjense que está enroscado formando una espiral. Para el hombre andino, la espiral es el cambio, el nuevo inicio, el nacimiento del que está a punto de surgir al Kay Pacha.
El Kay Pacha se traduce como “el mundo que es” o “el mundo del ser”. Es el mundo presente que nos rodea, donde vivimos y nos desarrollamos. En la imagen se localiza en el cuerpo de Wiracocha (imagen) y está representado por las cabezas de puma. El puma era el guardián del Kay Pacha. Estas cabezas están a los lados de tres rectángulos que sirven de podio que sostiene al mundo. En el centro del pecho, una serpiente con cabeza de puma recuerda la misma figura de los pies. Esa vida que germinaba ahora ha florecido y ocupa el centro del mundo presente. A su lado, dos filetes a modo de tirantes son elevados por dos parejas de cóndores.
Así como el amaru era el guardián del uchú pacha y el puma el guardián del kay pacha, el cóndor es el guadián del hanan pacha, el mundo de arriba. Esto significa que la vida del mundo presente no está estancada ni termina aquí, sino trasciende a un mundo superior. El mundo donde habitan el Inti y las chaskas. En la figura de Wiracocha el hanan pacha está representado en la máscara solar, pues el Sol era el rostro de Wiracocha, la máscara a través de la cual asoma su verdadero rostro, el cual los incas llamaban el Intip Inti, o Sol de soles, el Sol más allá del Sol, a donde iremos después de trascender este mundo.
Esta figura que congrega a los tres mundos nos habla de la trascendencia desde el interior hasta el mundo superior, y su principal mensaje es que el mundo en el que nos encontramos es un mundo de paso, una escala hacia un mundo superior.
Por eso la imagen se encuentra entre dos cetros, pues desde la antigüedad el cetro era el símbolo de poder. Wiracocha es entonces el balance del poder, un eje transversal que une a todos los mundos, que es centro y a la vez punto de encuentro entre ellos.
El mismo nombre de Wiracocha es mucho más largo del que nosotros usamos. Su nombre completo es Illa Teqse Con Tiky Wiracocha Pachayachachic.
Illa es la luz, el resplandor que vemos en su rostro de máscara solar y teqse se traduce como principio divino. Illa Teqse lo podríamos traducir como luz divina y pachayachachic significa el creador y ordenador del universo.
Recordemos que Wiracocha era un dios invisible, creador, que ordenaba los ciclos solares y de las estrellas que podemos ver. Ese concepto abstracto era muy difícil de enseñar al pueblo, al cual se le presentaban dioses que podían ver y les era más fácil adorar, como el Sol, la Luna y las huacas.
Pero la élite comprendía que había Creador por encima de ellos, invisible al pueblo, y como tal también portaba un mensaje invisible, un código que solo los estudiosos y amautas podían descifrar y ese código aún permanece indescifrable para la mayoría de nosotros. Esperemos que con este video te ayude a comprender ese código oculto en la imagen de Wiracocha y así entiendas mejor la visión del mundo que tenían nuestros antepasados.
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