¿QUIÉN ERES TÚ REALMENTE?

"Los Cuatro Vientos: No Prepararse Para Ser Visto, Sino Para Tener Comunión con el Espíritu Santo"

Texto base: Ezequiel 37:9-10
"Entonces me dijo: Profetiza al espíritu, profetiza, hijo de hombre, y di al espíritu: Así ha dicho Jehová el Señor: Espíritu, ven de los cuatro vientos, y sopla sobre estos muertos, y vivirán."

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Introducción:

En un mundo obsesionado con ser visto, con tener seguidores, con tener plataforma, Dios está buscando personas que se preparen no para el escenario, sino para la comunión.
Porque lo que trae vida no es la exposición, sino la relación.
No es el aplauso lo que resucita lo muerto… es el viento del Espíritu.

Hoy quiero hablarte de los cuatro vientos, no como una imagen poética, sino como una verdad espiritual:
Dios sopla desde los cuatro puntos cardinales…
Pero no sopla sobre lo vacío.
No sopla sobre lo superficial.
Él sopla sobre lo que ha sido preparado en intimidad.

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1. Los Cuatro Vientos representan el mover soberano del Espíritu

Ezequiel ve un valle de huesos secos… y luego una orden: “Profetiza al espíritu… que venga de los cuatro vientos.”
Norte, sur, este, oeste… ¿Qué significa esto?

Significa que el Espíritu de Dios no está limitado por una dirección, por una nación, por un lugar.
Él sopla donde hay hambre.
Él sopla donde hay espacio.
Él sopla donde hay comunión.

No puedes controlar el viento, pero puedes posicionarte para recibirlo.

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2. No te prepares para ser visto: prepárate para ser lleno

Muchos se están entrenando para ser virales, pero no para ser espirituales.
Muchos están construyendo imagen, pero no altar.

El Espíritu Santo no busca influencers, busca intercesores.
No busca estrellas, busca vasijas.
Porque lo que cambia un valle de huesos secos no es el talento, es la comunión.

La unción no cae sobre la apariencia. La unción cae sobre la obediencia.

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3. La comunión con el Espíritu Santo te posiciona para lo invisible y lo eterno

2 Corintios 13:14 dice:
"La gracia del Señor Jesucristo, el amor de Dios, y la comunión del Espíritu Santo sea con todos vosotros."

La comunión no es un evento.
Es una conexión constante, íntima, real.
No es una emoción en el culto… es una relación diaria.

Y es esa comunión la que atrae el viento.

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4. El viento sopla sobre lo que ha sido alineado

Ezequiel vio cómo los huesos se unieron, cómo vino carne sobre ellos, pero todavía no tenían vida.

Así estamos muchos: estructurados, formados, pero sin vida.
Hasta que el viento sopla.

¿Quieres vida?
¿Quieres resurrección?
¿Quieres avivamiento?

No busques una plataforma… busca una habitación secreta.
No busques audiencia… busca al Amado.

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Conclusión:

Los cuatro vientos están listos.
El Espíritu está deseoso de llenar, de soplar, de avivar…
Pero no sobre los que solo quieren ser vistos, sino sobre los que anhelan comunión.

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Llamado final:

Hoy Dios te dice:
“Yo no te estoy preparando para la vista del hombre. Te estoy preparando para la intimidad conmigo. Porque cuando el viento sople, no te levantará tu talento, sino mi presencia.”

¿Estás listo para dejar de ser hueso seco y convertirte en ejército vivo?
Entonces no te prepares para la fama.
Prepárate para el fuego.

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