Misa de Angelis El Ángelous - Daughters Of Mary 1992 UK

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“Missa de Angelis” La obra seleccionada es el Kyrie Eleison de la Misa de Angelis, La Missa de Angelis es una de las misas gregorianas más famosas y sencillas de cantar, en realidad, no fue en su origen una misa compuesta como una unidad, sino que cada parte tuvo existencia propia (y fue usada en diferentes festividades por separado) antes de formar parte del mismo conjunto, la forma actual que se conoce es la ensamblada por los monjes de Solesmes, y contiene Kyrie, Gloria, Sanctus y Agnus Dei, El Kyrie es la única oración que ha sobrevivido en griego dentro del rito romano. Las palabras Kyrie eleison eran palabras de respuesta litúrgica de la congregación, especialmente apropiadas para las series de peticiones y letanías, es al mismo tiempo una petición y una acción de gracias; un reconocimiento de lo que Dios ha hecho, hace y seguirá haciendo.
El Papa Gregorio I decidió a finales del siglo VI que la fórmula Kyrie eleison se alternara con Christe eleison. En el siglo IX, la oración era repetida nueve veces (tres Kyrie eleison, tres Christe eleison y tres Kyrie eleison), tras el Concilio de Trento se redujo el número de repeticiones, y se eliminaron los tropos asociados, textos silábicos que aparecían en los libros para ayudar a recordar los largos melismas, El Kyrie de la Misa de Angelis tiene su origen en una melodía normanda del siglo XIV.
Kyrie versión en español:
Señor, Rey y Padre no engendrado, Verdadera Esencia de Dios, ten piedad de nosotros.
Señor, fuente de luz y Creador de todas las cosas, ten piedad de nosotros.
Señor, Tú que nos has marcado con el sello de tu imagen, ten piedad de nosotros.
Cristo, Verdadero Dios y Verdadero Hombre, ten piedad de nosotros.
Cristo, Luz guía, a través de quien son todas las cosas, ten piedad de nosotros.
Cristo, Perfección de la Sabiduría, ten piedad de nosotros.
Señor, Espíritu vivificador y poder de vida, ten piedad de nosotros.
Señor, Aliento del Padre y el Hijo, en quien son todas las cosas, ten piedad de nosotros.
Señor, Purificador del pecado y Limosnero de la Gracia, te rogamos no nos abandones a causa de nuestras ofensas, Consolador del alma dolorida, ten piedad.
“El Ángelus” es una oración de la religión católica en recuerdo de la Anunciación y Encarnación del Verbo. Toma su nombre de sus primeras palabras en la versión latina, Angelus Domini nuntiavit Mariæ. Consta de tres textos que resumen el misterio. Se recitan de manera alternativa un versículo y la respuesta. Entre cada uno de los tres textos se recita el Avemaría, es una oración diaria en la Iglesia Católica, se reza a las 6:00 a.m., a las 12:00 p.m. y a las 6:00 p.m.
La redacción del Ángelus es atribuida por algunos al Papa Urbano II y por otros al Papa Juan XXII. La costumbre de recitarla tres veces al día se atribuye al rey francés Luis XI, quien, en 1472, así lo dispuso.
Al momento de rezar el Ángelus se le llama también la hora del Avemaría.
La fiesta de la Encarnación se celebra el 25 de marzo, nueve meses antes de la Navidad, o según en orden cronológico del año Litúrgico 3 meses después de Navidad, es decir durante la Cuaresma o la Pascua, en caso de coincidir con la Semana Santa, Triduo Pascual u Octava de Pascua.
Durante el tiempo pascual, en lugar del Ángelus, se reza el Regina Coeli.
El Papa reza públicamente el Ángelus cada domingo al mediodía, habitualmente desde la ventana de su estudio en el Palacio Apostólico Vaticano.
Esta plegaria, según las autoridades más seguras, fue introducida por el papa Juan XXII (1316-1334). Durante casi cien años se tenía la costumbre de anunciar la hora del Ángelus con algunas campanadas. Juan XXII, por su bula de 7 de mayo de 1327, ordenó que, cuando se oyeran las campanadas de la oración, se recitase tres veces el Avemaría, después, el Concilio de París, celebrado en 1346, bajo la presidencia de Guillermo, arzobispo de Sens, decretó:
℣. El ángel del Señor anunció a María.
℟. y concibió por obra y gracia del Espíritu Santo. ℣. He aquí la esclava del Señor.
℟. Hágase en mi según tu palabra. ℣. Y el Verbo se hizo Carne.
℟. Y habitó entre nosotros.
Dios te salve, María, llena eres de gracia, el Señor es contigo, bendita tú eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús.
Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.
℣. Ruega por nosotros, Santa Madre de Dios.
℟. Para que seamos dignos de alcanzar las promesas de Nuestro Señor Jesucristo.
Te suplicamos, Señor, que derrames tu gracia en nuestras almas, para que, los que hemos conocido, por el anuncio del Ángel, la Encarnación de tu Hijo Jesucristo, lleguemos por su Pasión y su Cruz, a la gloria de la Resurrección.
Por Jesucristo Nuestro Señor. Amén.
Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. (tres veces).
“La función de la oración no es influenciar a Dios, sino más bien cambiar la naturaleza de quien ora.”…sus amigos MickXD & Mike_1@
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