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Oración a Santa Lucía
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Bella imagen del Templo de Santa Lucía, en Guane, corregimiento del municipio de Barichara, Santander, Colombia.
Al construir el actual templo en 1786 se planeó una capilla, donde esta santa tiene un trono. Hoy, la devoción a Santa Lucia trae gran romería, el 13 de diciembre fecha de su fiesta y en semana santa.
Varios fieles hacen su peregrinaje a pie, por el camino real desde Barichara. Se pide la bendición para los ojos de los recién nacidos y la sanación para los enfermos.
Con esta oración se venera en su santuario.
Acude a esta gran Santa, desde el lugar donde te encuentres.
¿QUIÉN ERA SANTA LUCÍA?
Lucía significa "Luz" o "la que lleva luz".
Santa Lucía nació en Siracusa, ciudad de la provincia romana de Sicilia. De padres nobles y ricos. Fue educada en la fe cristiana. Consagró su vida a Dios e hizo un voto de virginidad.
Su padre había muerto y al enfermar su madre, la comprometió a casarse con un joven pagano y ella, para librase de ese compromiso, la persuadió para que fuese a rezar a la tumba de Águeda de Catania a fin de curar su enfermedad. Como su madre sanó, Lucía le pidió que la liberara del compromiso, le dejara consagrar su vida a Dios y donara su fortuna a los más pobres. Su madre accedió. Pero su pretendiente la acusó de ser cristiana ante el procónsul Pascasio, eran tiempos del emperador Diocleciano.
Cuando Lucía fue arrestada bajo la acusación de ser una cristiana, Pascasio le ordenó que hiciera sacrificios a los dioses, pero Lucía se negó a hacerlo.
Irritado Pascasio, ordenó a sus soldados a que la llevaran a un prostíbulo para que la violaran y luego se dirigió a Lucía diciéndole: "Te llevaré a un lugar de perdición así se alejará el Espíritu Santo". Los soldados la tomaron para llevársela, la ataron con cuerdas en las manos y en los pies, pero por más que se esforzaban no podían moverla: la muchacha permanecía rígida como una roca. Al enterarse de lo sucedido, Pascasio ordenó someterla a suplicio con aceite y pez hirviendo, pero no logró hacerla desistir.
Condenada a ser martirizada, antes de morir profetizó su canonización y su patronazgo como protectora de Siracusa, junto con la caída de Diocleciano y Maximiano.
La relación entre Lucía y los ojos, que hace de esta santa la protectora de la vista, se explicita en su iconografía desde la Edad Media y deriva de la perdida de sus ojos al ser martirizada.
Se afirma que el procónsul Pascasio ordenó a sus soldados que le arrancaran los ojos a Lucía, pero luego de que lo hicieron, Dios le concedió unos nuevos ojos aún más hermosos que los que tenía antes.
SU MUERTE
El relato griego —que data del siglo V— y el relato latino —datado del siglo VI al VII— son idénticos en lo fundamental, aunque difieren en algunos detalles finales:
Según el martiryon griego Lucía fue decapitada, en tanto que según la passio latina, murió por uno o varios golpes de espada.
Fue sepultada en el mismo lugar donde en el año 313 se construyó un santuario dedicado a ella, que fue lugar de destino de las peregrinaciones en su honor. Según la tradición, su historia se divulgó por toda Sicilia.
¡SANTA LUCÍA RUEGA POR NOSOTROS!
Al construir el actual templo en 1786 se planeó una capilla, donde esta santa tiene un trono. Hoy, la devoción a Santa Lucia trae gran romería, el 13 de diciembre fecha de su fiesta y en semana santa.
Varios fieles hacen su peregrinaje a pie, por el camino real desde Barichara. Se pide la bendición para los ojos de los recién nacidos y la sanación para los enfermos.
Con esta oración se venera en su santuario.
Acude a esta gran Santa, desde el lugar donde te encuentres.
¿QUIÉN ERA SANTA LUCÍA?
Lucía significa "Luz" o "la que lleva luz".
Santa Lucía nació en Siracusa, ciudad de la provincia romana de Sicilia. De padres nobles y ricos. Fue educada en la fe cristiana. Consagró su vida a Dios e hizo un voto de virginidad.
Su padre había muerto y al enfermar su madre, la comprometió a casarse con un joven pagano y ella, para librase de ese compromiso, la persuadió para que fuese a rezar a la tumba de Águeda de Catania a fin de curar su enfermedad. Como su madre sanó, Lucía le pidió que la liberara del compromiso, le dejara consagrar su vida a Dios y donara su fortuna a los más pobres. Su madre accedió. Pero su pretendiente la acusó de ser cristiana ante el procónsul Pascasio, eran tiempos del emperador Diocleciano.
Cuando Lucía fue arrestada bajo la acusación de ser una cristiana, Pascasio le ordenó que hiciera sacrificios a los dioses, pero Lucía se negó a hacerlo.
Irritado Pascasio, ordenó a sus soldados a que la llevaran a un prostíbulo para que la violaran y luego se dirigió a Lucía diciéndole: "Te llevaré a un lugar de perdición así se alejará el Espíritu Santo". Los soldados la tomaron para llevársela, la ataron con cuerdas en las manos y en los pies, pero por más que se esforzaban no podían moverla: la muchacha permanecía rígida como una roca. Al enterarse de lo sucedido, Pascasio ordenó someterla a suplicio con aceite y pez hirviendo, pero no logró hacerla desistir.
Condenada a ser martirizada, antes de morir profetizó su canonización y su patronazgo como protectora de Siracusa, junto con la caída de Diocleciano y Maximiano.
La relación entre Lucía y los ojos, que hace de esta santa la protectora de la vista, se explicita en su iconografía desde la Edad Media y deriva de la perdida de sus ojos al ser martirizada.
Se afirma que el procónsul Pascasio ordenó a sus soldados que le arrancaran los ojos a Lucía, pero luego de que lo hicieron, Dios le concedió unos nuevos ojos aún más hermosos que los que tenía antes.
SU MUERTE
El relato griego —que data del siglo V— y el relato latino —datado del siglo VI al VII— son idénticos en lo fundamental, aunque difieren en algunos detalles finales:
Según el martiryon griego Lucía fue decapitada, en tanto que según la passio latina, murió por uno o varios golpes de espada.
Fue sepultada en el mismo lugar donde en el año 313 se construyó un santuario dedicado a ella, que fue lugar de destino de las peregrinaciones en su honor. Según la tradición, su historia se divulgó por toda Sicilia.
¡SANTA LUCÍA RUEGA POR NOSOTROS!
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