EL REALISMO EN LA LITERATURA ESPAÑOLA II: “CLARÍN”, VALERA Y BLASCO IBAÑEZ

LEOPOLDO ALAS “CLARÍN” (1852-1901)

Leopoldo Alas, conocido por el sobrenombre de “Clarín” nace en la ciudad de Zamora en 1852, debido al cargo de su padre que era gobernador allí, si bien se sintió profundamente asturiano, por sus raíces familiares y las historias que su madre le contaba de pequeño.

Realizó sus estudios de derecho en Oviedo, donde hizo amigos inseparables como los escritores Armando Palacio Valdés, Tomás Tuero y Pío Rubín con los que compartirá tertulias literarias en Madrid mientras hace el doctorado.

En la facultad de derecho toma contacto con el Krausismo y el liberalismo laico que son los fundamentos del movimiento intelectual del que surgirá la Institución Libre de Enseñanza, que llevará a Clarín a reflejar el naturalismo literario en sus obras. La orientación hacia la forma y la búsqueda de la belleza en la escritura hacen de él un precursor del modernismo.

Obtuvo varias cátedras de derecho en Madrid, Zaragoza y Oviedo, pasando por una época de crisis con una escasa sintonía con el mundo literario y cultural de su tiempo.

En 1875 funda el periódico El Solfeo donde firma con el seudónimo de Clarín y comienza a lanzar sus críticas contra la clase política del momento. También escribe en otras revistas o periódicos como Asturias, Madrid Cómico o El Imparcial.

En 1881 publica el libro Solos de Clarín, una recopilación de sus artículos de crítica literaria.

En 1884 escribe su obra maestra, La Regenta, ambientada en Oviedo ciudad a la que inmortaliza como Vetusta. Con esta novela se une a otros escritores realistas de la época, como Flaubert o Tolstoi, para explorar el tema del adulterio.

A ella pertenece este fragmento, puesto en boca de su protagonista Ana Ozores:

“Todos los años, al oír las campanas doblar tristemente el día de los Santos, por la tarde, sentía una angustia nerviosa que encontraba pábulo en los objetos exteriores y sobre todo en la perspectiva ideal de un invierno, de otro invierno húmedo, monótono, interminable…”

También escribió numerosos relatos y cuentos como por ejemplo Pipá, Doña Berta, El señor y lo demás son cuentos o El gallo de Sócrates. En 1891 publica la novela Su único hijo.
En 1892 Clarín sufre una crisis personal y religiosa en la que trata de encontrar a su yo y a Dios, como relata en su cuento Cambio de luz.

JUAN VALERA (1824-1905)
Juan Valera nace en Cabra, provincia de Córdoba en 182. Estudia derecho y filosofía en Granada. Valera fue humanista, filósofo, crítico y esteta. A temprana edad ya había leído a Voltaire, Shakespeare, Victor Hugo, Zorrilla, Espronceda o Byron, del que tradujo parte de su obra.

Tuvo una larga carrera diplomática comenzando como agregado en Nápoles junto al Duque de Rivas, poeta romántico. Otros destinos fueron Río de Janeiro, Dresde o San Petersburgo y ya como embajador en Lisboa, Viena y Washington. También tuvo cargos políticos siendo elegido diputado por la localidad de Archidona y senador por Córdoba.

Liberal y algo escéptico en materia religiosa, colaboró con varias revistas como “La Alhambra” de Granada y “Guadalorce” de Málaga y también publico novelas por entregas.

Aunque englobado en el realismo literario, incorpora en su obra elementos románticos en los que refleja la vida de una manera idealizada y embellecida con una gran agudeza psicológica, cuidando la armonía en el estilo y buscando retratar la existencia desde sus aspectos más bellos y elevados, frente a la crudeza del naturalismo.

Sus obras más conocidas son Juanita la Larga y Pepita Jiménez a la que pertenece este pasaje:

“Los ojos de Pepita, tienen un mirar tranquilo y honestísimo. Se diría que ella ignora el poder de sus ojos y no sabe que sirven más que para ver. Cuando fija en alguien la vista, es tan clara, franca y pura la dulce luz de su mirada, que, en vez de hacer nacer ninguna mala idea, parece que crea pensamientos limpios.”

VICENTE BLASCO IBÁÑEZ (1867-1928)

De familia aragonesa, Vicente Blasco Ibañez nace en Valencia en 1867. Desde su juventud, la huerta y el mar valencianos le sirvieron de inspiración para su obra literaria.

En la universidad de Valencia estudia derecho y en la facultad participa en varias acciones de carácter republicano y anticlerical que condicionarán su vida política y literaria, llegando a ser diputado por Valencia.

Se llegó a decir de él: “si su pluma es certera, no lo es menos su oratoria, capaz de enardecer al auditorio y entusiasmar a las gentes insuflándoles grandes sueños”. Intentó con su literatura llegar a todas las clases sociales para elevar el nivel cultural; y como editor publicó a precios populares obras de varios autores, pues decía que no había sólamente que agitar los ánimos sino educar a los hombres y difundir la cultura entre ellos.

Documentado por Teresa Mencos Valdés