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¿Cuánta potencia necesitas en tu moto?
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Una conversación típica entre #moteros y #motoristas: ¿De verdad necesitas tantos caballos? ¿Cuánta potencia necesitas? Vamos a hablar de calidad y cantidad, vamos a tirar de pizarra por primera vez en Moto1PRO y vamos a recordar a César Agüí, uno de los mejores técnico y periodistas de motos de todos los tiempos.
Cuidado con lo que me cuentas.
Ya lo sabéis: Soy un friki. Y ten cuidado con lo que me cuentas, porque no te digo que lo apunte todo… Pero sí casi todo. Una de mis rarezas es un cierto síndrome de Diógenes, pero en una variante digital: Guardo notas de muchas de las presentaciones a las que he ido, de conversaciones que he tenido con gente que sabe mucho, como César Agüí.
En circuito, ¿600 ó 1000?
Para circuito ahora tengo una Suzuki GSX1000RR de 2009 muy preparadita. He encadenado cuatro GSX1000RR y, francamente, no sé cuál tenía en ese momento. Supongamos, aunque sea imposible, que tuviese la que tengo ahora, una moto de 185 CV a un 12.000 rpm.
Estaba preocupado porque había curvas que, si tomaba en segunda, sentía que el tacto del gas era muy agresivo, con el motor muy revolucionado. Pero en tercera en el momento de acelerar, salía a apenas unas 5.000 rpm. César me seguía detrás con una Suzuki 600, de 125 CV a 14.500 rpm. Y entonces me dijo: “Es que tu moto a 5.000 rpm ofrece 80 suaves y progresivos caballos… La mía, para llegar a los 80 CV la tengo que llevar a cerca de 10.000 rpm”.
¿Calidad o cantidad?
Esta es la clave: Cantidad o calidad. Pero, es que a veces, es lo mismo. Seguimos en circuito: Si tienes la cabeza fría para no “enroscar” sin piedad con la moto tumbada, al final lleva una 1000 te costará menos que llevar una 600. Aunque solo uses 125 CV, los primeros 125 CV de una 1.000 son mucho más suaves y progresivos que los 125 CV de una 600.
Con una 1000 hay curvas donde puedes entrar con dos marchas distintas y saldrás bien seguro…. Con una 600 cada curva tiene su relación de cambio no puedes dejar caer el motor de vueltas. Para los endureros y crosseros, es lo mismo que en el off road llevar una 250 4T o una 450 4T. Con la 250 puedes ser más agresivo con el gas… puedes y debes, porque hay que mantenerla arriba. Con la 450 puedes ir “peinando” el gas…
Depende de la forma de conducir de cada uno. Incluso diría que depende también de su talla, sobre todo en campo. Con mis 1.87 m, 87 Kg y un estilo de conducción de ir en marchas largas, siempre he preferido motos grandes.
En la calle. Los caballos de más calidad suelen tenerlos las motos de más cilindrada y, no siempre, de más potencia. Pero en este caso, la cilindrada importa mucho.
Pongamos de ejemplo dos motos de éxito de la misma marca: Las BMW GS. Puedes opinar que con los 85 CV a unas 7.750 rpm de la 800 tienes suficiente para viajar con equipaje al fin del mundo, viajar por autopista, desde luego hacer caminos y en ciudad vas sobrado.
Pero la R1250 ofrece esos 85 CV a menos de 4.000 rpm. No me resisto a comprar este motor con los que hemos visto antes, así que ¡vamos a la pizarra!
Desde luego, si eres como yo, de los que te gusta moverte en marchas largas, este motor bóxer y tú estáis hechos el uno para el otro…
No todo es #potencia.
Todos estamos de acuerdo en que no todo es potencia. Porque volviendo al ejemplo anterior, desde luego el motor de la GS1250 puede parecer mucho mejor que el de la 800… Pero juzgar el motor solo no te lleva a ninguna parte.
Y resulta que los motores “gordos” y potentes suelen ir en motos “gordas” generalmente más pesadas y en ocasiones más altas. Por tanto, tienes que juzgar la moto en su conjunto, sin duda, pero sin olvidar que en lo que se refiere a la potencia importa la cantidad, pero más la calidad.
Reivindicando las motos potentes.
En este vídeo que he hecho recordando a César Agüí, no quiero dejar de comentar las conclusiones a las que llegamos entonces, que son las mismas a las que llego ahora: Reivindiquemos las motos potentes.
¿Vas a correr más por llevar una moto de 150 CV que por llevar una de 100 CV? A lo mejor en una subida o en una carretera de curvas puedes ir más rápido, pero te diría que incluso más seguro cuando adelantas o cando te tragas una curva y no te da tiempo a cambiar… Pero al final, en una recta de carretera o autopista, la velocidad dependerá más del criterio del motorista que de tener unos cuantos caballos más.
Corazón y razón.
Los motoristas tenemos una ventaja: Sabemos mucho de moto y tenemos mucha información en nuestro cerebro. Y una desventaja: No solemos usar esa información, porque las motos, por suerte más que por desgracia, se compran en gran parte por el corazón más que por la razón.
Como decía mi madre, “la virtud está en el equilibrio”. No compremos motos demasiado potentes si nuestro nivel no da para ello, pero tampoco tan poco potentes que nos obliguen a exigir a su motor y a ir todo el rato “remando” con el cambio. Un buen argumento para pasarte al carné grande si es que no lo tienes ya…
Cuidado con lo que me cuentas.
Ya lo sabéis: Soy un friki. Y ten cuidado con lo que me cuentas, porque no te digo que lo apunte todo… Pero sí casi todo. Una de mis rarezas es un cierto síndrome de Diógenes, pero en una variante digital: Guardo notas de muchas de las presentaciones a las que he ido, de conversaciones que he tenido con gente que sabe mucho, como César Agüí.
En circuito, ¿600 ó 1000?
Para circuito ahora tengo una Suzuki GSX1000RR de 2009 muy preparadita. He encadenado cuatro GSX1000RR y, francamente, no sé cuál tenía en ese momento. Supongamos, aunque sea imposible, que tuviese la que tengo ahora, una moto de 185 CV a un 12.000 rpm.
Estaba preocupado porque había curvas que, si tomaba en segunda, sentía que el tacto del gas era muy agresivo, con el motor muy revolucionado. Pero en tercera en el momento de acelerar, salía a apenas unas 5.000 rpm. César me seguía detrás con una Suzuki 600, de 125 CV a 14.500 rpm. Y entonces me dijo: “Es que tu moto a 5.000 rpm ofrece 80 suaves y progresivos caballos… La mía, para llegar a los 80 CV la tengo que llevar a cerca de 10.000 rpm”.
¿Calidad o cantidad?
Esta es la clave: Cantidad o calidad. Pero, es que a veces, es lo mismo. Seguimos en circuito: Si tienes la cabeza fría para no “enroscar” sin piedad con la moto tumbada, al final lleva una 1000 te costará menos que llevar una 600. Aunque solo uses 125 CV, los primeros 125 CV de una 1.000 son mucho más suaves y progresivos que los 125 CV de una 600.
Con una 1000 hay curvas donde puedes entrar con dos marchas distintas y saldrás bien seguro…. Con una 600 cada curva tiene su relación de cambio no puedes dejar caer el motor de vueltas. Para los endureros y crosseros, es lo mismo que en el off road llevar una 250 4T o una 450 4T. Con la 250 puedes ser más agresivo con el gas… puedes y debes, porque hay que mantenerla arriba. Con la 450 puedes ir “peinando” el gas…
Depende de la forma de conducir de cada uno. Incluso diría que depende también de su talla, sobre todo en campo. Con mis 1.87 m, 87 Kg y un estilo de conducción de ir en marchas largas, siempre he preferido motos grandes.
En la calle. Los caballos de más calidad suelen tenerlos las motos de más cilindrada y, no siempre, de más potencia. Pero en este caso, la cilindrada importa mucho.
Pongamos de ejemplo dos motos de éxito de la misma marca: Las BMW GS. Puedes opinar que con los 85 CV a unas 7.750 rpm de la 800 tienes suficiente para viajar con equipaje al fin del mundo, viajar por autopista, desde luego hacer caminos y en ciudad vas sobrado.
Pero la R1250 ofrece esos 85 CV a menos de 4.000 rpm. No me resisto a comprar este motor con los que hemos visto antes, así que ¡vamos a la pizarra!
Desde luego, si eres como yo, de los que te gusta moverte en marchas largas, este motor bóxer y tú estáis hechos el uno para el otro…
No todo es #potencia.
Todos estamos de acuerdo en que no todo es potencia. Porque volviendo al ejemplo anterior, desde luego el motor de la GS1250 puede parecer mucho mejor que el de la 800… Pero juzgar el motor solo no te lleva a ninguna parte.
Y resulta que los motores “gordos” y potentes suelen ir en motos “gordas” generalmente más pesadas y en ocasiones más altas. Por tanto, tienes que juzgar la moto en su conjunto, sin duda, pero sin olvidar que en lo que se refiere a la potencia importa la cantidad, pero más la calidad.
Reivindicando las motos potentes.
En este vídeo que he hecho recordando a César Agüí, no quiero dejar de comentar las conclusiones a las que llegamos entonces, que son las mismas a las que llego ahora: Reivindiquemos las motos potentes.
¿Vas a correr más por llevar una moto de 150 CV que por llevar una de 100 CV? A lo mejor en una subida o en una carretera de curvas puedes ir más rápido, pero te diría que incluso más seguro cuando adelantas o cando te tragas una curva y no te da tiempo a cambiar… Pero al final, en una recta de carretera o autopista, la velocidad dependerá más del criterio del motorista que de tener unos cuantos caballos más.
Corazón y razón.
Los motoristas tenemos una ventaja: Sabemos mucho de moto y tenemos mucha información en nuestro cerebro. Y una desventaja: No solemos usar esa información, porque las motos, por suerte más que por desgracia, se compran en gran parte por el corazón más que por la razón.
Como decía mi madre, “la virtud está en el equilibrio”. No compremos motos demasiado potentes si nuestro nivel no da para ello, pero tampoco tan poco potentes que nos obliguen a exigir a su motor y a ir todo el rato “remando” con el cambio. Un buen argumento para pasarte al carné grande si es que no lo tienes ya…
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