Me acuerdo, fue en Balvanera
en una noche lejana
que alguien dejó caer el nombre
de un tal Jacinto Chiclana;
algo se dijo también
de una esquina y de un cuchillo
los años nos dejan ver
el entrevero y el brillo.
¡Quién sabe por qué razón
me anda buscando ese nombre!
me gustaría saber
cómo habrá sido aquel hombre;
alto lo veo y cabal
con el alma comedida
capaz de no alzar la voz
y de jugarse la vida.
Nadie con paso más firme
habrá pisado la tierra
nadie habrá habido como él
en el amor y en la guerra.
Sobre la huerta y el patio
las torres de Balvanera
y aquella muerte casual
en una esquina cualquiera.
[Borges al recitarlo incluye estos versos: No veo los rastros, veo bajo el farol amarillo/ el choque de hombres.
dos hombres y esa víbora, el cuchillo./Acaso en aquel momento/ en que le entraba la herida/ pensó que a un varón le cuadra/ no demorar la partida.]
Solo Dios puede saber/
la laya fiel de aquel hombre
señores, yo estoy cantando
lo que se cifra en el nombre.
[ Borges: entre las cosas hay una que no se arrepiente nadie/ en la tierra es haber sido valiente. ]
Siempre el coraje es mejor
la esperanza nunca es vana
vaya, pues, esta milonga
para Jacinto Chiclana.
Jorge Luis Borges, 24 de agosto 1899 - 14 de junio 1986.