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Él dio su vida para proteger esto 💀🤯 #shorts #curiosidades

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Este fotógrafo se dio cuenta de que iba a morir mientras capturaba imágenes de la erupción del volcán Santa Helena. Aunque **Robert Landsburg** estaba lejos de la zona de peligro y se suponía que estaba a salvo, la erupción fue mucho más potente de lo que cualquiera había anticipado.
Mientras Robert tomaba fotos con entusiasmo, se horrorizó al darse cuenta de que la mortal nube de ceniza del volcán no parecía detenerse. Sabía que claramente nadie podría sobrevivir a esas cenizas ardientes, que alcanzaban temperaturas de hasta 800 grados centígrados, y comprendió que su destino estaba sellado.
En lugar de intentar huir desesperadamente, hizo algo simplemente increíble. Robert no se dejó intimidar y continuó tomando todas las fotos que pudo mientras se dirigía hacia su coche. Cuando la ceniza estaba casi sobre él finalmente dejó de fotografiar. Rápidamente sacó el carrete de su cámara y lo guardó en un estuche protector, colocando tanto el estuche como la cámara dentro de su mochila.
Luego, puso la mochila dentro del coche y, lo último que hizo antes de morir, fue cubrir la mochila con su propio cuerpo. Gracias a este valiente acto, mientras las cámaras de otros fotógrafos se derritieron, la suya permaneció intacta. Las fotos que protegió con su vida se convirtieron en una documentación invaluable de este evento histórico.
Luego, colocó la mochila dentro de su coche y, lo último que hizo antes de morir, fue cubrir la mochila con su propio cuerpo. Gracias a este acto increíblemente valiente, mientras que las cámaras de otros fotógrafos se derritieron, la cámara de Robert quedó completamente intacta. Las fotos que dio su vida por proteger resultaron ser una documentación invaluable de este evento legendario.
Mientras Robert tomaba fotos con entusiasmo, se horrorizó al darse cuenta de que la mortal nube de ceniza del volcán no parecía detenerse. Sabía que claramente nadie podría sobrevivir a esas cenizas ardientes, que alcanzaban temperaturas de hasta 800 grados centígrados, y comprendió que su destino estaba sellado.
En lugar de intentar huir desesperadamente, hizo algo simplemente increíble. Robert no se dejó intimidar y continuó tomando todas las fotos que pudo mientras se dirigía hacia su coche. Cuando la ceniza estaba casi sobre él finalmente dejó de fotografiar. Rápidamente sacó el carrete de su cámara y lo guardó en un estuche protector, colocando tanto el estuche como la cámara dentro de su mochila.
Luego, puso la mochila dentro del coche y, lo último que hizo antes de morir, fue cubrir la mochila con su propio cuerpo. Gracias a este valiente acto, mientras las cámaras de otros fotógrafos se derritieron, la suya permaneció intacta. Las fotos que protegió con su vida se convirtieron en una documentación invaluable de este evento histórico.
Luego, colocó la mochila dentro de su coche y, lo último que hizo antes de morir, fue cubrir la mochila con su propio cuerpo. Gracias a este acto increíblemente valiente, mientras que las cámaras de otros fotógrafos se derritieron, la cámara de Robert quedó completamente intacta. Las fotos que dio su vida por proteger resultaron ser una documentación invaluable de este evento legendario.
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