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¿HAY PAZ EN TU CORAZÓN? - Mateo 6:6 - Carmen Camino - 2024
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Durante la guerra -- un submarino que patrullaba la zona -- tuvo que quedarse sumergido toda la noche. A la mañana siguiente, cuando salió a la superficie, un amigo “en otro barco” llamó por radio al capitán, y le preguntó: ¿Cómo les fue en la terrible tormenta de anoche?”
Sorprendido, el oficial exclamó, “¿Qué tormenta? ¿No sabíamos que había habido una tormenta?” A pesar que la superficie del océano había sido azotada por enormes olas producidas por fuertes vientos, el submarino no fue afectado “para nada” porque las aguas del fondo del mar habían estado calmadas y tranquilas.
La Biblia tiene mucho que decir -- acerca de la paz, la quietud y el silencio. El Salmo 91:1 dice, Él que habita al abrigo del Altísimo se acoge a la sombra del Todopoderoso. Y también el Salmo 23:2 dice, En verdes pastos me hace descansar. Junto a tranquilas aguas me conduce.
Dios llamó a Abrahán a una vida de separación. Muchas veces, Abrahán estuvo a solas con Dios en la montaña. Esta quietud produjo la semilla de Abrahán. Moisés -- durante cuarenta días y cuarenta noches de soledad -- recibió los Diez Mandamientos. ¿Quién puede dudar del efecto “que esto tuvo” en la vida de Moisés?
Jesús pasó “días enteros” a solas en oración. Pablo vivió tres años en el desierto de Arabia en quietud y reflexión. Cuanto más profunda sea la reflexión, ¡mayor será la revelación! Lo que sea que veas en tus momentos de quietud… ¡edificará tu vida!
¡La quietud es el comienzo del crecimiento! ¡La quietud es el maná escondido del corazón! La quietud es el canto del silencio. ¡Es la paz que sobrepasa todo entendimiento! ¶ “Una persona le preguntó a un chiquito, ¿Qué es la paz? El chiquito contestó, “Aaah. La paz es cuando ‘uno se siente bien rico’ por dentro.”
Una mente calmada y serena es una marca de madurez. Una mente sin problemas es una mente que está en control. ¡La tranquilidad de espíritu trae progreso a la vida! Cuanto más profunda sea la serenidad, ¡mayor será la posibilidad de lograr metas en la vida! Cuando escoges la quietud… ¡descubres quién eres tú realmente!
Si tú nunca estás a solas contigo misma… ¡nunca te conocerás a ti misma! Un corazón lleno de paz “trabaja con Dios” en situaciones difíciles y con gente difícil. ¡Aprenderás a usar todas las cosas para bien! Un corazón sereno puede cambiar “un rompecabezas” en una bella realidad.
Jesús dice en Mateo 6:6, Cuando te pongas a orar, “entra en tu cuarto”, cierra la puerta y ora a tu Padre, que está en lo secreto. Así tu Padre, que ve lo que se hace en secreto, te recompensará.
Es muy importante tomarnos el tiempo para estar a solas con Dios. Anda “al cuarto especial” que hayas creado para estar con Él. Pon a un lado las distracciones y calma tu mente. ¡Dios te refrescará! Él te hablará, y tú sentirás Su presencia. ¡Te sentirás renovada!
¡Hay dos tipos de cuartos! El “uno” es el lugar donde meditas en Dios y estudias Su Palabra. Este es el lugar “adónde vas cada día” para estar con tu Padre. Este lugar puede ser tu carro, tu dormitorio, tu cocina o el patio. No importa donde sea -- siempre y cuando -- sea un lugar.
El segundo cuarto es el corazón. Este es el lugar donde nadie debe entrar… ¡SOLO DIOS! Tú podrás estar en medio de una multitud de gente “y aun así” tener paz y quietud. La quietud del alma significa retirarnos de las voces de la gente y del alboroto del mundo. El cuarto del corazón es portátil. Este cuarto puede volverse “en un lugar tranquilo” en medio de un mundo ajetreado.
No importa a donde vayas, tú llevas “tu cuarto de quietud” contigo. ¡Las grandes ideas nacen en la quietud del corazón! Esta quietud de cuerpo y mente “te dará fuerza y poder” para hacer las rutinas diarias de la vida. Cuando pases tiempo meditando en la Palabra, “y en Dios”, las metas de tu vida “multiplicarán la efectividad” de tus esfuerzos.
Cuando tú vez a un equipo de futbol en un campeonato, tú podrás decir, “Guau, ¡qué tromes! ¡Ganaron el partido de hoy!” ¡PERO NO! Ellos ganaron ese partido “mucho antes” por medio del entrenamiento, de la disciplina, y por medio de todo lo que fuera parte de su preparación. ¡Así mismo es con nosotros!
La fe de vivir para Dios “victoriosamente”, viene día tras día, semana tras semana, año tras año, en los lugares secretos donde aprendemos a confiar y a obedecer. Es en ese lugar secreto donde buscamos a Dios, que Él comienza a guiarnos y a capacitarnos.
Es ahí donde aprendemos a confiar y a obedecer, para que podamos salir victoriosas en la vida pública. La habilidad de confiar y obedecer – es aprendida y refinada, cuando no hay nadie cerca, cuando nadie lo nota, y cuando nadie aplaude.
Muchas veces hablamos acerca de la oración “como si esta fuera poderosa” en sí misma. Decimos que la oración puede lograr grandes cosas, y hablamos acerca de tener una vida de oración poderosa. ¡No es que estemos equivocadas! ¡NO! ¡La escritura nos da muchísimas promesas acerca del poder de la oración!
Sorprendido, el oficial exclamó, “¿Qué tormenta? ¿No sabíamos que había habido una tormenta?” A pesar que la superficie del océano había sido azotada por enormes olas producidas por fuertes vientos, el submarino no fue afectado “para nada” porque las aguas del fondo del mar habían estado calmadas y tranquilas.
La Biblia tiene mucho que decir -- acerca de la paz, la quietud y el silencio. El Salmo 91:1 dice, Él que habita al abrigo del Altísimo se acoge a la sombra del Todopoderoso. Y también el Salmo 23:2 dice, En verdes pastos me hace descansar. Junto a tranquilas aguas me conduce.
Dios llamó a Abrahán a una vida de separación. Muchas veces, Abrahán estuvo a solas con Dios en la montaña. Esta quietud produjo la semilla de Abrahán. Moisés -- durante cuarenta días y cuarenta noches de soledad -- recibió los Diez Mandamientos. ¿Quién puede dudar del efecto “que esto tuvo” en la vida de Moisés?
Jesús pasó “días enteros” a solas en oración. Pablo vivió tres años en el desierto de Arabia en quietud y reflexión. Cuanto más profunda sea la reflexión, ¡mayor será la revelación! Lo que sea que veas en tus momentos de quietud… ¡edificará tu vida!
¡La quietud es el comienzo del crecimiento! ¡La quietud es el maná escondido del corazón! La quietud es el canto del silencio. ¡Es la paz que sobrepasa todo entendimiento! ¶ “Una persona le preguntó a un chiquito, ¿Qué es la paz? El chiquito contestó, “Aaah. La paz es cuando ‘uno se siente bien rico’ por dentro.”
Una mente calmada y serena es una marca de madurez. Una mente sin problemas es una mente que está en control. ¡La tranquilidad de espíritu trae progreso a la vida! Cuanto más profunda sea la serenidad, ¡mayor será la posibilidad de lograr metas en la vida! Cuando escoges la quietud… ¡descubres quién eres tú realmente!
Si tú nunca estás a solas contigo misma… ¡nunca te conocerás a ti misma! Un corazón lleno de paz “trabaja con Dios” en situaciones difíciles y con gente difícil. ¡Aprenderás a usar todas las cosas para bien! Un corazón sereno puede cambiar “un rompecabezas” en una bella realidad.
Jesús dice en Mateo 6:6, Cuando te pongas a orar, “entra en tu cuarto”, cierra la puerta y ora a tu Padre, que está en lo secreto. Así tu Padre, que ve lo que se hace en secreto, te recompensará.
Es muy importante tomarnos el tiempo para estar a solas con Dios. Anda “al cuarto especial” que hayas creado para estar con Él. Pon a un lado las distracciones y calma tu mente. ¡Dios te refrescará! Él te hablará, y tú sentirás Su presencia. ¡Te sentirás renovada!
¡Hay dos tipos de cuartos! El “uno” es el lugar donde meditas en Dios y estudias Su Palabra. Este es el lugar “adónde vas cada día” para estar con tu Padre. Este lugar puede ser tu carro, tu dormitorio, tu cocina o el patio. No importa donde sea -- siempre y cuando -- sea un lugar.
El segundo cuarto es el corazón. Este es el lugar donde nadie debe entrar… ¡SOLO DIOS! Tú podrás estar en medio de una multitud de gente “y aun así” tener paz y quietud. La quietud del alma significa retirarnos de las voces de la gente y del alboroto del mundo. El cuarto del corazón es portátil. Este cuarto puede volverse “en un lugar tranquilo” en medio de un mundo ajetreado.
No importa a donde vayas, tú llevas “tu cuarto de quietud” contigo. ¡Las grandes ideas nacen en la quietud del corazón! Esta quietud de cuerpo y mente “te dará fuerza y poder” para hacer las rutinas diarias de la vida. Cuando pases tiempo meditando en la Palabra, “y en Dios”, las metas de tu vida “multiplicarán la efectividad” de tus esfuerzos.
Cuando tú vez a un equipo de futbol en un campeonato, tú podrás decir, “Guau, ¡qué tromes! ¡Ganaron el partido de hoy!” ¡PERO NO! Ellos ganaron ese partido “mucho antes” por medio del entrenamiento, de la disciplina, y por medio de todo lo que fuera parte de su preparación. ¡Así mismo es con nosotros!
La fe de vivir para Dios “victoriosamente”, viene día tras día, semana tras semana, año tras año, en los lugares secretos donde aprendemos a confiar y a obedecer. Es en ese lugar secreto donde buscamos a Dios, que Él comienza a guiarnos y a capacitarnos.
Es ahí donde aprendemos a confiar y a obedecer, para que podamos salir victoriosas en la vida pública. La habilidad de confiar y obedecer – es aprendida y refinada, cuando no hay nadie cerca, cuando nadie lo nota, y cuando nadie aplaude.
Muchas veces hablamos acerca de la oración “como si esta fuera poderosa” en sí misma. Decimos que la oración puede lograr grandes cosas, y hablamos acerca de tener una vida de oración poderosa. ¡No es que estemos equivocadas! ¡NO! ¡La escritura nos da muchísimas promesas acerca del poder de la oración!
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